Capítulo 136.-

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Narra Alondra Ferreyra

Me dio un mareo muy fuerte y me agarré a uno de los sillones de la sala de cine, para no caer al suelo, se me movió todo el piso, quería que todo se calmara, pero se iba intensificando, cada vez más y justo en ese momento, David entró con Andrés a la sala de cine. Corrió a donde yo me encontraba, ya que Lisa se habia quedado en shock. 

–Alondra, mi amor ¿Qué tienes mi princesa? Estás transparente – Me preguntaba mi güero muy preocupado – Mi princesa, háblame.

–Alondra por favor amiga, no te duermas – La voz de Lisa se escuchaba muy lejos – David, cárgala se está desmayando.

No supe que pasó, cerré los ojos, un rato después cuando abrí los ojos, estaba acostada en un sofá cama, que había en la sala de cine y tenía los pies arriba de una enorme pila de cojines, Lisa, Andrés y David estaban reunidos a mí alrededor, mirándome con caras de preocupación.

–Alondra, ¿Estás bien? – Me preguntó Lisa – Perdóname si por lo que te dije, te has puesto mal.

–Lisa, ¿Qué le dijiste? – David la interrogaba – No te perdonaré que mi princesa, haya tenido este desmayo por tu culpa.

–Ay Lisa – Dijo Andrés – Que oportuna eres, no se te puede dejar sola mujer. Espero que no le hayas dicho a Alondra, lo que me estoy temiendo, porque David te echará a la calle, siendo así.

–Lisa, habla y dime de una buena vez ¿Qué es lo que le has dicho a Alondra? – David preguntó estando ya muy alterado – No tienes por qué decirle nada que no te importe, se acaba de desmayar por tu culpa.

Lisa quería llorar y yo quería tener la fuerza para calmar todo aquello, no quería un nuevo pleito de David con Andrés y menos con Lisa, porque ella me caía bien y por primera vez en mi vida, pensé que podía tener a una amiga, de una edad no tan lejana a la mía, con la que pudiera convivir y compartir muchas cosas y pasar momentos buenos. 

Pero no tenía la fuerza ni de hablar, me sentía mal, mareada y me pesaban mucho los ojos, David lo notó y se arrodilló a mi lado, antes de seguir alegando. Me sentía fuera de la realidad, como si estuviera teniendo un sueño raro.

–Alondra, mi amor no te duermas preciosa. No por favor, estás muy fría, despierta mi princesa – Me decía con ternura – Me acostaré contigo, para que entres en calor.

–David, sólo tengo sueño mi amor y estoy un poco mareada – Le pude decir apenas – No te enojes con Lisa, ella no me ha dicho nada. Yo sola me sentí mal.

–Eso no viene al caso ahora – Dijo Andrés – Toma David, dale a que huela el alcohol, no se vaya a volver a desmayar y creo que debe de tomar un poco de coca cola, pásame una de la bolsa Lisa, por favor.

Le dijo Andrés a su novia, que solo me veía con ojos asustados, me imaginaba que ella pensó, que ya estaba enterada de lo habia hecho David en el pasado, por eso era mejor, que esas cosas se quedaran en el olvido.

–Sí, la coca cola le va a subir la presión. Creo que con las bebidas le ha bajado y eso causó también que ella se desmayara David – Dijo Lisa y fue por la coca – Toma, dásela a Alondra. Te ayudaré a sentarla.

Lisa le ayudó a David a sentarme y él, se sentó detrás de mí abrazándome por la espalda, para que yo pudiera sostenerme, pues en serio y en verdad, estaba demasiado débil como para poder mantenerme, sentada por mí misma. Después destaparon la coca y me dieron a tomar y poco a poco me fui sintiendo mejor y eso hizo, que a todos les volviera el alma al cuerpo.

–Mi princesa, veo que ya te sientes mejor – Me dijo mi güero – Te amo Alondra, me asusté pensando que algo malo te había pasado.

–Sí mi amor, ya me siento mejor – Respondí aliviada – Ya me está pasando el sueño y la pesadez. Gracias a todos por ayudarme.

–Nada que agradecer Alondra – Dijo Andrés – Menos mal que estás mejor porque si no, ¿Qué va a hacer el tonto de mi amigo? Lo dejarás viudo antes de casarse.

Todos nos reímos con lo que dijo Andrés, ese borracho es muy buena onda y por eso no me costó trabajo, llevarme bien ni con él ni con Lisa, los dos eran chicos muy agradables y también, se habían ganado mi amistad, algo que no pasaba con facilidad dado lo huraña y lo introvertida que yo era, para convivir con gente que de hecho, no me gustaba convivir ni con mi familia, ni con casi nadie. 

Pero cuando pensé que todo ya estaba tranquilo y que ya no pasaría a mayores, a Lisa su conciencia la llevó a decirle a David, lo que pasó cuando ellos bajaron por las cosas para limpiar y lo que hizo que yo me sintiera mal, tanto como para desmayarme.

–David, Andrés, les tengo que decir la verdad que yo no puedo con la culpa – Dijo Lisa – Sí le dije a Alondra lo que pasó con Lola y contigo David, cuando cambiamos de pareja, pero es que yo no sabía que Alondra no sabía. 

– ¿Qué has hecho Lisa? – Le preguntó Andrés.

Ella nos miraba a los tres sin saber qué hacer, ya habia abierto la boca y no le quedaba más que terminar, lo que habia comenzado. Esto se iba a salir de control, me esperaba la reacción de David. 

–Una cosa llevó a la otra porque me disculpé con ella, por haberlo hecho con Andrés delante de ustedes y como vi que ella estaba incómoda, me quise disculpar y terminé diciéndole eso y después ella se empezó a sentir mal. Por favor, perdóname David.

–Lisa, eres el colmo y parece que no piensas – Le recriminó David – Ve como se puso mi princesa, por tu culpa.

Me podía imaginar los ojos de mi güero al mirar a Lisa, David te podía intimidar, con su mirada fría.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora