Capítulo 63.-

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Narra Alondra Ferreyra

Saliendo del laboratorio, nos fuimos directo a casa de David, la verdad no había sido tan terrible que me sacaran sangre como yo lo pensaba, por algo dicen que tienes que conocer y que vivir las cosas para expresar tu opinión y cómo nunca había pasado por ese proceso, no tenía forma de saber cómo era.

De camino a su casa, David me mimaba como sólo él sabía hacerlo y eso me llenaba de amor, de caricias y de suaves besos que me hacían sentir amada, protegida y valorada. Aún no me acostumbraba del todo a eso, pero poco a poco entre más estaba con él, más me iba acostumbrando. Y pensaba que, eso me merecía, que alguien me quisiera tal cual era.

-Alondra, ¿Cómo te sientes mi princesa? - Preguntó mi príncipe - Espero ya se te esté pasando la molestia del brazo.

-Me siento bien, mi amor, ya no me duele el brazo ¿Tú cómo te sientes?

-También bien, mi amor.

-Chicos antes de que se me olvide mencionarlo, les aviso que nos iremos hasta el martes a Valle. He conseguido la cita con la ginecóloga para Alondra, para él día lunes - Nos anunció Carmen a David y a mí - Para que no hagan ningún plan, ya quedamos en eso.

Claro que era importante ir a la consulta, aun con mis miedos, era lo que se tenía que hacer, de un momento a otro podía pasar algo inesperado, debíamos ser responsables y si Carmen no nos dice seguiríamos ignorándolo, le agradecía a mi suegra el estar pendiente de todo, consiente de todos los problemas que nos acarrearíamos David y yo.

-Gracias madre, por acompañarnos ahorita y por preocuparte por nosotros - Respondió David - Estoy seguro que Alondra, se sentirá cómoda en esa consulta al ir contigo.

Había cosas que estaba haciendo por primera vez, era como si apenas estuviera abriéndose el mundo para mí. Pues me habían dejado a mi suerte, cualquier cosa la tenía que dejarla pasar, que se curara por ella misma o arreglármela como mejor pudiera. Mis carencias eran grandes, así que no pondría ninguna objeción a lo que dijeran Carmen o David.

-Por nada chicos y espero que no pongas tú ninguna negativa, Alondra - Me dijo Carmen - Porque yo estoy muy preocupada por ti y por tu salud.

El sentimiento me ganaba, ya estaba a nada de ponerme a llorar, parecía como si volviera a nacer, estaba recibiendo todo eso que se me había negado con Petra. ¿Cómo decirle que no a Carmen?, no podía, no debía, cuando alguien se preocupa por ti de esa forma, tendrías que agradecerlo, no entrar en negativa o pensar que se estaba entrometiendo en tu vida.

-No pondré ninguna objeción Carmen y gracias por tu preocupación. El lunes iremos a esa consulta ya está dicho.

-Qué bueno Alondra, porque eso es algo que se tiene que tratar a tiempo.

-Gracias madre, por estar aquí para nosotros.

-Siempre voy a estar al tanto de lo que suceda, por eso estoy aquí para escucharlos, me pueden consultar cualquier duda que tengan, lo investigamos y se hace lo que se tenga que hacer.

Estuvimos los dos de acuerdo en eso, no pondríamos ningún pero, de ahora en adelante Carmen era mi madre adoptiva, todas sus preocupaciones por mi bienestar, así cómo debía ser con la que es mi madre biológica. Pero por eso ya no me voy a preocupar, llamémosle historia pasada. Llegando a la casa de Carmen, David y yo subimos a la recámara a recoger ahora sí todo el desorden del día anterior, pues entre una cosa y otra lo dejamos todo regado.

Nos pusimos a ver la tele, ya casi me quedo dormida cuando David se levantó de la cama, procurando no moverme de la comodidad en la que estaba.

-En un momento regreso, mi vida, voy a ver que necesita mi madre, quédate otro rato a descansar.

La verdad no me quería parar, se notaba que me hacía falta todavía el sueño, pero no me dormía del todo. Me dio un beso en los labios y bajó. Regresó a los pocos minutos. Me pareció muy extraño y llegué a pensar que estaba pasando algo malo.

-David, ¿Sigue enojada Carmen con nosotros? - Pregunté un poco nerviosa - Espero que no siga enojada. Me siento mal por todo esto.

-Tranquila mi princesa, mi madre ya no está enojada. Todo lo contrario, está feliz de que has aceptado ir al ginecólogo y le he pedido permiso para que vengan tus amigos hoy por la noche - Me dijo David - Claro eso en el caso que aún sigas queriendo que vengan, ya no me has dicho nada.

Abracé a David tumbándolo en la cama y lo besé muchas veces hasta que me cansé de hacerlo y me puse de pie a dar pequeños saltos de alegría por toda la recámara, Carmen era a todo dar yo que pensaba que después de lo de ayer no me iba a permitir que mis amigos vinieran y sin embargo lo permitió, haciéndome muy feliz.

-Mi amor muchas gracias, te amo David - Le dije agradecida - Entonces supongo que ya puedo avisarles para que vengan hoy por la noche, sin ningún problema.

-No me des las gracias, sabes que haría todo lo que fuera por ti Alondra. Eso no lo dudes jamás y sí puedes avisarles que vengan y pensaré que pedir para cenar y compartir un rato.

-Claro mi amor, eso es lo de menos. Es solo que no he compartido tanto con ellos como antes y ahora que nos iremos a Valle y no sabemos por cuanto tiempo estaremos distanciados.

-Te entiendo mi princesa, no se diga más. Hoy cenaremos con tus amigos.

Llamé de prisa a Javier y a Julio muy emocionada, para invitarlos a cenar esa noche. Tenía que bañarme y arreglarme para estar presentable. El tiempo pasó muy rápido y cuando nos dimos cuenta David y yo, ya eran las 7.30 de la noche de ese sábado y mis amigos llegaron muy puntuales y hasta con un agregado más, nuestro amigo Luis Miguel.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora