Capítulo 64.-

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Narra Alondra Ferreyra

–Pasen chicos, adelante – Les dije emocionada al abrirles la puerta.

–Sí, adelante. Están en su casa –Les dijo David.

–Gracias – Nos respondieron ellos y después entraron a la casa de David.

Estuvimos platicando en la sala y compartiendo botana y refresco, después pedimos unas pizzas para cenar. Para terminar nuestra noche jugamos videojuegos hasta decir ya no más y ya bien entrada la madrugada del domingo mis amigos se fueron no sin antes hacerme la batiseñal para hablar a solas conmigo ya cuando se habían despedido de David.

–David mi amor, hablaré con mis amigos un momento si no te molesta a ti, claro está.

–Para nada mi princesa, te espero dentro.

Me alejé por el jardín de entrada de la casa de David para ir con mis amigos y saber ¿De qué trataba tanto misterio que no podían decirme nada delante de mi chico? Me podía imaginar cuál era su preocupación, pues estaba bastante lejos Valle de Bravo.

–Hola chicos, ¿Qué pasa?, ¿Por qué tanto misterio? – Les pregunté riéndome un poco.

–Te queremos dar esto Alondra – Me entregó Julio un celular –Lo hemos comprado entre los tres para ti, este número solo lo tendremos nosotros 3, claro y tú.

–Chicos, les agradezco el detalle pero no es necesario yo tengo mi propio celular y saben que siempre me pueden llamar. Además no me iré al fin del mundo.

–Aún no sabes el propósito del teléfono, es para que lo enciendas el rato que vamos al Tec nosotros y si hay un examen o algo por ahí te enviaremos todo para que nos ayudes con las respuestas – Explicó Javier – También por si nos cachan los teléfonos a nosotros o el chat contigo los maestros no sepan que de ti se trata al no ser tú número de celular.

Vaya, habían pensado en todo y claro, tenía lógica lo que me decían. A ms amigos no los podía dejar solos.

–Miren que si me han aprendido algo en todos estos años – Los abracé a todos – De acuerdo, así le haremos y ya fuera del Tec, me pueden marcar a mi celular normal. Los voy a extrañar.

–Créeme que nosotros más a ti. Espero no dures mucho lejos y lo bueno que en los exámenes importantes si vendrás presencialmente – Me dijo Luis Miguel – Pero nada nos salvará de las mini pruebas que luego hacen los maestros.

–Chicos, les prometo que nos podremos conectar en línea y si es necesario les explicaré algo de las tareas que les mande, no los dejaré solos – Les dije sinceramente – Los quiero mucho.

–Nosotros a ti – Javier se derrumbó en llanto y me abrazo seguido de todos los demás.

Después de ese abrazo grupal enorme y conmovedor mis amigos se fueron y yo entré a la casa. David estaba sentado en la sala con Carmen y ambos comenzaron a reír apenas me vieron aparecer en la sala.

–Ya volví, ¿Qué pasa?, ¿Por qué las risas? – Pregunté intrigada – ¿Pasó algo en mi ausencia?

–Perdóname Alondra, pero no me pude controlar de contarle a mi madre que tus amigos dependen de ti para lo de las tareas y que deben estar destrozados y preocupados.

–Eso es cierto, así están. Nada podemos hacer para evitar ir a ese viaje – Dije resignada –Pero ya les he dicho que no les pienso abandonar y seguiré haciendo sus tareas.

–Alondra, me parece muy bien que quieras ganar honestamente tu dinero y te sirve a ti de repaso – Dijo Carmen – Lo malo es para ellos porque al hacer todo tú, no aprenderán nada.

–No pasa nada Carmen, les llevo haciendo tareas desde la primaria y han pasado todos de grado, así que ahora no será la excepción, ¿Qué están mirando en la tv?

–Es una serie de jóvenes, se llama Amigos y Amantes – Respondió Carmen – Está bastante interesante, pero si no la quieres ver tú, le pueden cambiar. Me iré a dormir ahora sí, que estuve mucho de pie en el casino.

–Carmen, ¿A qué hora te fuiste al casino? Ni cuenta me he dado, soy muy distraída.

–Ya lo veo, ahorita que han salido tus amigos yo iba entrando por la puerta trasera. Tengo ojos en todos lados – Bromeó Carmen – Que pasen buenas noches, me voy a dormir.

–Descansa madre – David le dio un beso a Carmen.

Le di un beso y un abrazo a Carmen al igual que David y después ella se subió a su recámara. Yo me senté junto a David en la sala y él me tomó de la mano para seguir viendo el programa ese, que resultó estar bastante interesante. Cuando lo terminamos de ver, ya eran las 4 am del domingo así que tomamos un vaso de leche y nos subimos a la recámara de David.

–Mi princesa, fue una noche muy divertida. Debo de reconocer que ahora veo porque te cuesta dejar a tus amigos, son muy buen rollo – Reconoció David –Pero allá en Valle tenemos internet y todo tanto para lo del Tec como para que no pierdan contacto.

–Gracias David, es la primera vez que nos vamos a separar así, siempre hemos estado muy unidos y no sé, le tengo miedo a lo distinto – Reconocí resignada – Soy una persona que prefiere vivir algo rutinario que algo distinto, los cambios no me agradan.

–Conmigo acostúmbrate que cada día será diferente, pero será mejor y más emocionante porque estamos juntos y yo te amo Alondra.

–Deberíamos de vivir en un pueblo como los chicos de la serie, donde no exista tanta gente. Sería mejor para todos – Sentencie muy segura.

–Valle de Bravo, es un lugar maravilloso y se parece un poco al pueblo de la serie pero ya no te voy a dar detalles y esperaré a que lo mires el martes con tus propios ojos, que por cierto son hermosos. Te amo Alondra.

–También te amo David – Dije distendiendo la cama y entrando en ella – Buenas noches David.

–Buenas noches mi princesa – Respondió él y me acomodó en sus brazos para dormir. En ellos me sentía segura, protegida y amada.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora