Narra David de María
–Alondra, mi amor. Buenos días ¿Café? – Dije acercándole la taza, la cual ella tomó.
–Sí mi amor, gracias.
–Te ves hermosa mi amor, ¿Quieres ya bajar a desayunar?
–No mi amor, aunque me bañe anoche me quisiera meter a bañar. Mi cabello es un desastre y tú ya estás muy guapo, vestido, cambiado y arreglado.
–Son las ventajas de levantarse temprano, así rinde más el día – Me burlé un poco de ella – Pero tú no sabes de eso mi reina.
–Vete al demonio – Me dijo ella riéndose y me aventó una almohada – Vete para que me pueda meter a bañar.
–No me iré ahora que me has pegado con esa almohada menos – Respondí y le di también con una almohada – A toda acción hay una reacción mi princesa, no debiste pegarme.
Ella no se dejó y se desató ahí una guerra de almohadas hasta que la voz de mi madre, nos interrumpió, dejándonos apenados ante el espectáculo que estábamos haciendo como si fuéramos dos niños chiquitos.
–Chicos, les estoy gritando que si pueden bajar a ayudarme a hacer unas cosas y ya veo porque motivo no bajaban. Están muy ocupados jugando a los almohadazos como dos niños chiquitos.
–Alondra ha comenzado madre, yo solo la he venido a despertar pero ella me agarró con la almohada – Dije sin contener la risa.
–Eres un mentiroso David, tú fuiste quién lo ha iniciado todo.
–Sea como sea, veo que Alondra aún no está lista. David, baja conmigo a ayudarme con unas cosas de lo que haremos de comer para más tarde y mientras tanto que Alondra se meta a bañar para que baje con nosotros.
–Lo que digas Carmen – Se apresuró a decir Alondra – Ahorita me daré prisa para alcanzarlos abajo, ya quiero aprender a hacer galletas.
–Vamos David, acompáñame.
–Si madre.
Bajé dispuesto a ayudarle a mi madre, mientras Alondra se quedó en mi recámara dándose un baño y alistándose para unirse a nosotros. Mi madre estaba haciendo una masa con canela y feliz me puse ayudarle saboreando en mi cabeza, las galletas de canela.
–David, vamos a hacer galletas de canela. La idea es que nos ayudara Alondra, para que ambos hagan otras cosas y no solo estén pensando que deben estar “en brama” – Bromeó mi madre – Pero si ella aún no está lista dejaremos de lado las galletas y vamos a preparar un pastel de carne ya que eso comeremos.
–Está bien madre, dime ¿En qué quieres que te ayude?
–Lava, pela y corta la verdura por favor hijo.
–Claro que sí madre.
Me puse a seguir las indicaciones de mi madre, en tanto que ella se ponía a preparar la sopa. Yo estaba muy concentrado en lo que a las legumbres se refería cuando sonó mi celular, la llamada era de Lola, me sequé las manos y tomé mi móvil para responder la llamada mientras que mi madre me fulminaba con la mirada y movía la cabeza en señal de desaprobación.
–Hola Lola, ¿Qué haces llamándome? – Pregunté así sin más.
–No soy Lola, soy Ruperta. Se me ha averiado el celular y necesito que me envíes dinero David. Lola está hospitalizada y necesito tener comunicación con gente, ya sabes por su salud.
–Hola Ruperta. Lo siento pero de momento no voy a poder ayudarte. No tengo como mandarte dinero, lo vemos después.
–No, no lo vemos después. Recuerda que nos debes mucho por todo el sufrimiento que le has ocasionado a Lola, David. Lo menos que puedes hacer es mandarme ese dinero, quiero un teléfono celular de unos 8 mil pesos máximo, no pido mucho y ahora si no puedes mandarme dinero, puedes pagarlo directamente en una página dónde los vendan en línea y que me llegue a mi casa.
Vaya con las exigencias de esta mujer, como si yo fuera su banco personal, para estar pidiéndome dinero cada que se le antojaba.
–Ruperta. Te pedí específicamente que no me molestaras, se me va a armar con mi madre que vio que la llamada entrante en mi móvil era de Lola, ahora veré que le invento.
–Razón de más para que me hagas llegar un celular. Lola está delicada de salud, ya confirmaron el diagnóstico de la leucemia y sobra decirte que no tengo a quién recurrir. Por favor David, no puedo creer que no tengas sentimientos ni corazón.
–Está bien pero por favor abstente de llamarme o de enviarme mensajes Ruperta y lo digo muy en serio. A menos que sea absolutamente necesario ¿Ha quedado claro?
–Sí David, no te preocupes y gracias. Te mando el link de compra de mi celular a tu WhatsApp y no tendrás pronto noticias mías, claro a menos que sea necesario, como has dicho tú. Que tengas bonito día.
–Una cosa más Ruperta, antes de que cuelgues, no quiero problemas ni con mi madre ni con mi novia. Y no me puedo sentir culpable por la enfermedad de tu hermana, yo no la provoqué.
Corté la llamada con Ruperta y me sentía muy molesto por tener que lidiar con ella, maldito el día en que me relacioné con Lola, pero era tarde para eso y no me quedaba otra, que seguir bajo sus berrinches de Lola y ahora de Ruperta si quería paz con Alondra o no me dejarían en paz, hasta conseguir lo que querían. Me quedé un rato sentado en la sala en lo que me llegaba el mensaje de Ruperta, para hacer la compra del celular y con ello que me dejara en paz.
Mi madre, estaba detrás de mí y con su visión de águila pudo ver que compré un celular y que lo envíe a Morelia, me miró molesta y me tomó del brazo para salir de la cabaña un momento. Me imaginaba que era para que Alondra no se enterara. Sé que me esperaba, una buena reprimenda de su parte. Pero bien que había escuchado mi conversación, con la hermana de Lola y lo que ya le había dicho de no molestarme más.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...