Capítulo 79.-

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Narra Alondra Ferreyra

Al día siguiente siendo miércoles, David me despertaba con tiernos besos. No sé en qué momento lo logró, ni cuánto tiempo le había llevado intentarlo, solo sé que en ese preciso momento cuando desperté y lo vi, él se veía muy guapo. De verdad no exageraba, David era lindo y se veía más lindo por lo tierno que era conmigo, estaba totalmente enamorada de él y no me daba pena admitirlo, me traía cacheteando las banquetas, como se dice coloquialmente.

-Mi princesa es casi la una de la tarde. Despierta, mi amor - Me decía mi príncipe - Mi madre me ha dicho que te avise que vendrá Fina a comer con nosotros.

-Buenos días mi amor -Respondí adormilada todavía - Perdón dices que ya son tardes ¿Cuál Fina, la de Sal la Fina?

No entendía lo que me decía, quería despejar mi mente, pero no podía, de repente David estalló en una carcajada que terminó por despertarme por completo. No le veía yo la gracia, porque no sabía de qué Fina estaba hablando y dije como siempre lo primero que vino a mi mente. No eran palabras coherentes, pues mi mente todavía se encontraba dormida.

-Alondra mi princesa. Eres increíble y al mismo tiempo eres la mujer más despistada y distraída que conozco. Fina es la amiga de mi madre, la que se encontraron ella y tú en el Club allá en Morelia.

Ya un poco más despejada, recordé algo de lo que había sucedido en el club, al que me llevo Carmen. Sí conocí a alguien con ese nombre, pero era raro, no sabía si era el diminutivo de Josefina o si de veras así era su nombre, Fina.

-Ya sé quién es. Una señora muy amable amiga de Carmen, olvidé por completo su nombre y a todo esto ¿Cómo sabes tú que Carmen y yo nos la encontramos en el club? Tú no habías llegado todavía.

Había pasado algún tiempo cuando la señora se despedido de nosotras, la vimos que se dirigía a la salida, pedir su auto y ya de ahí no la vimos más, ya después fue que apareció David. Después que el llegara todo pasó a segundo plano.

-Para que veas muñequita. Tengo ojos, oídos y espías en todos lados y aquí en Valle de Bravo no será la excepción.

-Que gracioso eres mi amor ¿Y Carmen?

-Mi madre está abajo viendo lo que cocinaremos para Fina y digo cocinaremos porque tú me vas a ayudar. Estos días aquí en Valle de Bravo, los vamos a vivir de una manera diferente haciendo lo que normalmente no hacemos.

Claro pensaba lo mismo, teníamos que vivir las nuevas experiencias, juntos, salir de la vida rutinaria que teníamos en Morelia. Aquí podía conocer los lugares de los que había investigado antes de venir. Quería conocer la casa museo del dulce e ir a los viñedos. Me arriesgaría a ver si me querían llevar a escalar y hacer rapel, localicé unos tours donde te llevaban a conocer los sitios emblemáticos de Valle de Bravo durante todo el día, me parecía buena idea.

-Me parece excelente mi amor - Dije mientras me levantaba de la cama - Me daré prisa para alcanzarlos abajo a ti y a Carmen.

Besé a David como si no hubiera un mañana y me metí a bañar. No podía bajar en esas fachas toda greñuda, babeada y con el cabello revuelto. Después de ese relajante baño, me sequé el cabello como pude (algo que ciertamente no sabía hacer), me vestí y bajé con Carmen y con David.

-Buenos días Carmen. Una disculpa por aparecer hasta esta hora, ayer nos desvelamos con David - Saludé a Carmen dándole un beso - ¿Puedo ayudarles en algo?

-Buenas tardes Alondra - Carmen se reía - No sé qué voy a hacer con ustedes que no respetan horarios ni horas de sueño. Los años pasan factura.

-Ya para madre, que tampoco es el fin del mundo - Intervino David - Le estaba mostrando anoche a Alondra, la hermosa vista del jardín y de la luna que siempre hace su aparición aquí en las noches.

-Alondra ¿Quieres desayunar o más bien casi comer algo? -Me preguntaba Carmen en un tono amable - Te puedo preparar lo que tú quieras.

-Gracias Carmen, pero viendo la hora sólo tomaré un poco de cereal con leche. No quiero estar sin hambre para cuando llegue tu amiga - Respondí - No te preocupes que yo me sirvo.

David tan tierno y atento como siempre era conmigo, me sacó una variedad infinita de cereales y me acercó un plato y la leche también. Tomé un poco de uno de los cereales y me serví en mi plato, para tener al menos algo en el estómago en lo que llegaba la amiga de Carmen para comer.

Carmen y David estaban cortando y preparando una carne para hacer algo de comer, no tenía la menor idea de cocina y sólo ver como preparaban las cosas para hacer de comer, me resultaba fascinante. Estaba terminando de mi cereal cuando recibí una llamada al teléfono que me habían dado mis amigos, dejé mi plato en el fregadero y me salí al patio a responder la llamada que podía deducir era llamada de emergencia de mis amigos.

-Hola Javy, ¿Cómo están? - Pregunté al atender la llamada - Sé que eres tú, antes de que lo preguntes, porque siempre eres el primero en pedir mi ayuda.

-Hola Alondra - Dijo Julio -Esta vez te equivocas y quién necesita de tu ayuda soy yo, ¿Tienes a la mano tu computadora?

-Hola Julio despreciado, sí. Espera deja la enciendo, mientras dime ¿Qué pasa?

-Te mandé unos ejercicios al correo, es para la clase de cálculo integral, los tenemos que entregar en media hora. Algo que te da el tiempo justo de responderlos, mandármelos y acá los pasamos en limpio los tres.

Me daba cuenta lo ansioso que se encontraba Julio y no era para menos, esos ejercicios siempre los dejaban para que los resolvieras en tu casa.

-Claro, ya está encendiendo mi computadora y enseguida checo el correo ¿Qué novedades hay en Morelia?

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora