Narra David De María
Al día siguiente por la mañana, Alondra y yo estábamos acostados en su cama y la tuve que despertar, ya era temprano y tenía que dejarla despierta para poder irme al Tec, además necesitaba saber, si podía bajar y salir por la puerta, porque a pesar de haber subido por la ventana, la bajada me daba un poco más de temor.
-Alondra, mi princesa despierta por favor - Le estaba dando muchos besos - Tenemos que ir al Tec, mi muñequita hermosa.
Yo tenía clases, en menos de una hora y no quería irme sin dejarla despierta. Pero tampoco me podía dar, por nada del mundo el lujo de dejarla dormida y que ella no se presentara, intenté un buen rato hasta que lo logré y ella me iluminó mi día, cuando abrió sus hermosos ojos.
-Alondra, mi vida que bueno que ya has despertado - La besé tiernamente - Yo ya me tengo que ir al Tec, te amo.
Me estaba desesperando, cuando no abría los ojos, tenía temor de hacer mucho ruido y que su padre, me encontrara aquí en su recámara, por lo que fue un alivio, cuando por fin los abrió.
-Yo también te amo David, yo tengo clases hasta las 10, pero te veré en las asesorías de 1.30 a 3.00 pm - Me sonrió - Tenía que meterme ahí, para ganar unas horas más contigo.
Me explicó, era lo lógico si queríamos estar, aunque fueran una par de horas, juntos. Sonreí, por qué fácilmente ella me podía dar clases a mí y a todos los alumnos, que necesitaran las asesorías.
-Entiendo preciosa, pero me da risa que tú no eres, de las que ocupe las asesorías. Me encantará, que seas mi alumna y poder darte clases, no solo de matemáticas.
Le dije con coquetería, estaba tentado a empezar, con las otras clases particulares, pero era imposible, nos podían encontrar en el acto y sería bastante vergonzoso.
-Sí, mi amor, lo sé y de esas otras clases, son de las que quiero que me des, pero sí tú ya tienes que irte rápido a clases ¿Cómo vas a bajar?, supongo que no quieres bajar, por la ventana.
Me había arriesgado ayer a subir, porque lo mío no eran los deportes de riesgo y mejor evitaba bajar, por el miedo a las alturas y por el temor de que me viera, Don Manuel, de seguro, estaría más pronto en el suelo.
-No, la subida me costó algo de trabajo, no obstante, la bajada, eso ni pensarlo, mi princesa. No sé si puedes ir a ver allá abajo, si no está tu papá, para yo poder bajar, para salir por la puerta.
-Sí, iré a ver. Mi hermoso güero. - Me dijo sonriendo.
La besé muy intensamente y de pronto comenzamos a acariciarnos, era un verdadero problema, soltarnos el uno al otro cuando esas situaciones, nos metían en un problema, de querernos brindar todo, en cuestión de segundos. Cuando por fin yo la solté y ella iba a bajar, para ver si podía irme, entró Anastasia a su recámara, encontrándonos ahí, en una situación comprometedora.
-Alondra, venía a traerte un café - Le dijo ella a Alondra - Lo siento, no quise interrumpir lo que sea, pero mi papá está allá abajo.
Malas noticias, ahora si no sabía cómo hacerle, no me quería caer de tan alto, debía salir cuanto antes, de lo contrario, llegaría tarde a mi primera clase presencial, en bonito problema, me había metido.
-Hola Anastasia, gracias por el café - Respondió Alondra - Por favor, no digas nada de esto.
-Hola Anastasia, no sé lo que pienses de lo que has visto, pero no ha pasado nada - Me disculpé - Entré para darle los buenos días a Alondra, antes de irme a clases.
Me saqué esa excusa de la manga, pues esperaba que me creyera, porque si subía su papá eso mismo le diría, pues no había evidencia, de que pasé la noche aquí en su casa.
-No se quieran hacer tontos, ni quieran verme la cara a mí, que ustedes dos pasaron la noche juntos - Nos descubrió Anastasia - Pero, para que vean que soy buena persona, les ayudaré.
-Gracias, Anastasia - Le dijo Alondra - No sé si puedas sacar a mi papá de la casa, o hacer que suba acá a su recámara, para que David salga por la puerta, le da miedo bajar por la ventana.
-Pero no le dio nada de miedo subir por ella - Se burlaba Anastasia - Se me ocurre decirle, que subí a su baño y que había un animal, pues tú David, tienes que irte rápido, que no quiero salir regañada yo, por las cosas de ustedes dos y Alondra, me vas a deber una.
-Sí, Anastasia, lo que sea, pero por favor ayúdanos, es que, si David no llega a clases, tendrá luego muchos problemas con Carmen y eso es lo que menos quiero.
-Gracias, Anastasia, yo también te voy a deber no una. Las que quieras - Le dije - Lo que necesites, puedes decirme.
-Ya vemos, De María, si después me invitan unos tragos, ustedes dos. Iré a hacer eso y cuando me escuchen gritar, es que estamos arriba con mi papá y ustedes bajan, para que David se vaya ¿Quedó claro?
Por supuesto la idea, era muy buena, estaba listo para que en cuanto lo hiciera salir corriendo de ahí, porque no quería, que si Don Manuel se daba cuenta, le fuera a poner las quejas a mi madre, ella no me iba a perdonar, el que la engañara, haciéndole creer que me había sentido mal antes de que se acostara.
-Sí, muchas gracias, Anastasia - Dije de nuevo.
-Por nada. - Dijo saliendo de la recámara.
Anastasia llamó a Don Manuel, escuchamos claramente, cuando subió de prisa las escaleras, el plan había resultado, se creería lo del animal en el baño.
Me despedí rápido de mi amada Alondra, cuando ella bajó conmigo, me abrió la puerta y pude irme de su casa. Estaba caminando a paso lento por la calle, llegando hasta dónde había dejado mi auto, para que no lo viera Don Manuel y me subí en él para irme al Tec.
Durante todo el camino iba pensando en ella, en Alondra, en mi consentida, en lo maravilloso que veía ahora todo, pues ya nos habíamos reconciliado ella y yo. Ella es una chica maravillosa, maja y la mujer más dulce del mundo. Tenía que estar por siempre bien con ella, que no podría volver a soportar, que nos separáramos.
Llegando al Tec, entré a mis dos primeras clases y cuando tuve mi receso de una hora libre, supuse que Alondra, ya iría entrando al Tec y no me equivoqué. Sin pensar, arranqué una rosa de los jardines de ahí y me acerqué a mi consentida, para dársela.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...