Narra Alondra Ferreyra
No podía creer todo esto, yo que siempre tuve muy mala suerte en todo, había encontrado en él, todo lo que buscaba en alguien. Lo amaba y él me amaba y con eso, toda la mala suerte, que tuve en mi pasado, de pronto ya no me importaba.
–Me ha encantado amor, muchas gracias – Lo abracé nuevamente – Te amo mucho, David De María Ramírez.
–Yo te amo mucho, Alondra Ferreyra Pérez – El me robó un tierno beso – Ahora lo que sigue, es que vayamos de compras, mi muñequita. Necesitamos llenar, éstos enormes closets.
David me dio la mano y juntos entramos al vestidor, en el que había dos closets enormes, de piso a techo como los de la casa de Carmen, uno para él y el otro para mí. Nunca pensé llegar a tener algo así, de súper lujo en toda mi vida. Esto era algo fuera de este mundo, era maravilloso y ahora yo, era tan afortunada de estar viviendo todo esto con mi David.
–Antes, tenemos que brindar mi amor – Dije emocionada – Aunque, en eso ya te has adelantado con mi papá.
–Tu papá nos ha dado su permiso, para vivir juntos – Declaró David – Se lo pedí y accedió, mi madre también y aunque me dijo, que quiere que sigamos yendo con ella a hacer las comidas, si eso está bien, para ti mi consentida.
–Claro que sí, lo que tú digas siempre estará bien para mí, lo de mi papá me parece increíble, después de cómo se puso la última vez, no pensé que fuera a acceder a que viviéramos juntos, apenas si lo puedo creer.
–Pues créelo Alondra, créelo mi amor – Estaba muy emocionado mi chico – Hasta él mismo, me dijo que te haga muy feliz. Y claro que vamos a brindar, ¿Con qué quieres brindar?
–Con lo que quieras amor, menos con tequila no – Dije muy segura – Sí me gusta, pero me pega la cruda enseguida.
–No puede pasar eso, tenemos que estrenar el depa – Mi chico me guiñó el ojo – Te amo, Alondra. Ya vengo.
Me quedé mirando, por el balcón de nuestro departamento. Se sentía tan bien y tan bonita, esa sensación de sentirme libre, de sentirme bien ahí mirando, por la ventana en la total libertad, que nunca sentí en mi casa. David regresó a la recámara y me abrazó por la espalda, dándome una copa de un vino espumoso.
–Toma mi consentida, es para que brindemos – Dijo mi chico – Brindo por ti, por iniciar una nueva y hermosa etapa juntos.
–Te amo David – Le dije muy segura – Yo brindo por ti y por esta hermosa oportunidad, que tengo, de empezar a vivir a tu lado y por supuesto, en un lugar hermoso.
–Como todo lo que te mereces, yo no te llevaría, por ningún motivo a un lugar feo y lo sabes. Amo que puedo y quiero darte los lujos, que una princesa, como tú se merece.
–Gracias mi amor, por ser tan bueno conmigo, desde el día que me conociste.
–El día que me mentaste la madre – Mi chico recordaba – Nunca se me olvidará, que has sido la única chica, que me ha hecho eso.
–Espero ser la única y la última, porque no quiero, que conozcas a nadie más. Quiero que conmigo lo tengas todo y que no te falte nada.
–Tengo todo, bueno mejor dicho casi todo. Me falta que, quieras acompañarme a Madrid.
–David, nunca he salido de México, sé que me escucharé terriblemente cobarde, pero me aterra viajar en avión. Me aterra volar.
–Mi amor, estaba pensando en que pasáramos las fiestas de fin de año con mi padre allá en Madrid. Mis hermanos, te quieren conocer y yo, quiero que conozcas dónde yo nací ¿No lo harías por mí?
–Claro que sí mi amor, te amo. Tendría que sacar mi pasaporte, jamás he salido de México.
Salir por primera vez del país, era una experiencia que iba a vivir con mi güero, con mi David.
–Razón de más, para que tu primera vez sea, conmigo.
Nos empezamos a besar, con demasiada pasión y con mucho amor, David me despojó de mi ropa tiernamente y después cerró la cortina de la recámara, para recostarme en la cama y cuando ambos estuvimos, ya en ropa interior, el deseo se hizo presente, quemándonos a ambos, dando paso a lo que vendría después.
Nos desprendimos de la ropa interior, y él se colocó un preservativo, lo quería sentir dentro de mí, amaba tanto a David, nos estábamos dando esta oportunidad, íbamos a vivir una vida en pareja, lejos de todos.
–Te amo, Alondra, y quiero que sepas, que siempre te amaré.
–Yo también te amo, David.
Nos empezamos a besar, y él se fue acomodando entre mis piernas, esta vez sentía, que era diferente, como si fuera nuestra primera vez, mi piel tenía otro sentir, por donde pasaba sus dedos, me quemaba.
Entró con mucha suavidad, nos miramos a los ojos y sonreímos, un gesto de placer, se dibujó en su cara, me mordí el labio inferior y él me besó, hasta que pude soltar sus labios y al poco tiempo, continuamos besándonos. Se siguió moviendo, sin deshacer el contacto del beso y yo no quería, que se terminara el beso, era adicta a sus labios.
Arqueo la espalda para ir al encuentro de sus embestidas, me sube una corriente por la columna, cada vez que nuestros cuerpos colisionan y se hacen uno, veo que sus movimientos cada vez son más rápidos y yo, quiero alcanzar su misma velocidad. Me concentro tanto en ello, que lo paso mis brazos por su cuello y me apoyo en ellos.
Hemos tomado un ritmo acompasado, sus embestidas son cada vez más rápidas. Me quedo quieta, por un momento, porque mi piel, está cada vez más caliente, siento que me quemo por dentro, suelto un gemido, cuando se termina el beso, mi respiración y la de David se mezclan y mi cuerpo, se estremece por completo, David, parece que nunca va a acabar, y yo dejó escapar gemidos de mis labios.
Estoy a punto de explotar, pero quiero que lo hagamos juntos, como siempre, necesito esa conexión, hoy más que nunca. Parece que el me entiende y sus embestidas, son lentas y cambia de un momento a otro y creo, que voy a perder la razón, aprieto con más fuerza, mis piernas en si cintura. Me arqueo a su encuentro y me dejo llevar a las alturas.
Automáticamente veo como él también se contrae y llegamos juntos a ese lugar lleno de estrellas, donde estallamos los dos, nuestras respiraciones se asemejan. Nuestros corazones vibran en un solo latir, esto es lo que siempre había pedido para mí, alguien que me amara con la misma intensidad, que yo lo amo.
Nos acostamos de lado, abrazados y viéndonos fijamente a los ojos, llevo mi mano a su pelo y se lo peino con mis dedos, es una sensación indescriptible, me gustaría, que esto nunca acabara. Cierro los ojos y dejo salir un suspiro. A este hombre, lo voy a amar toda la vida, nadie podrá separarme de él.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...