Capítulo 26.-

60 10 1
                                    

Narra David De María

Alondra se soltó de inmediato de mi abrazo y sus lágrimas se hicieron presentes. Ella me dejó ahí parado en la puerta y se dirigía para entrar a la casa. Yo la alcancé y la abracé por la espalda, la mantuve así hasta que ella por fin, me pudo decir algo.

-Explícate David, ¿Qué fue todo eso?, ¿Acaso tú tenías novia? Y es por eso que estaba esa mujer como loca diciendo estupidez y media.

-Tranquila mi princesa. Te juro que todo tiene una explicación, volvamos adentro, por favor no llores.

-Está bien.

Entramos a la casa y mi madre obviamente también quiso saber lo ocurrido y el motivo de mi tardanza en la puerta ahora de las dos. De modo que les expliqué a ella y a Alondra lo que pasaba.

-Ha venido Dolores madre, tú si sabes de quién te hablo. Vino porque tenía la esperanza de recuperarme y de que retomáramos lo nuestro dónde lo habíamos dejado - Comencé a explicar - Le dejé claro que ya no volveré con ella, ni ahora ni nunca porque ya tengo a mi princesa. Además de que nos vio besándonos y abrazándonos a mí y a Alondra, se puso a gritar y le cerré la puerta en la cara.

-Me da gusto eso David no sé, ¿En qué pensabas cuando anduviste con esa mujer tan corriente, hijo? - Respondió mi madre - Lo bueno es que ya se ha dado cuenta que tienes a una hermosa y dulce mujer que te ama.

-Así es madre. Espero que no me moleste nunca más, ella dejó de existir para mí. Yo sólo tengo ojos para mi princesa - Tomé la mano de Alondra entre la mía y le di un beso en los nudillos.

-David, júrame por favor que no me engañarás con ella, yo no podría soportar eso y no quiero que, al rato decidas volver a su lado, eso me mataría si me terminaras por volver con ella - Mencionó Alondra preocupada.

Cómo pensaba eso, cambiarla a ella, que era tan tierna y dulce, por una mujer que no era más que una insolente y mal hablada.

-Te lo juro mi muñequita, sólo tengo ojos y sentimientos por ti. Ahora que sí no me crees aquí tienes frente a ti a la mejor testigo, mi madre - Dije refiriéndome a mi madre - Ella sabe de sobra que nunca he estado tan enamorado de nadie en mi vida, como de ti.

-Alondra, pierde cuidado hija. David en eso tiene razón, además sobra decir que eres la única chica a la que yo he recibido a dormir aquí en mi casa porque sé que te ama y a mí en lo personal me encanta que estén juntos ustedes dos.

-Gracias Carmen, perdonen por ser tan insegura - Se disculpó Alondra - Pero tuve miedo de perder lo que más amo en la vida, a mi niño David.

No la dejé hablar más y la besé con ternura, después subimos a mi habitación y le tapé los ojos a Alondra, ya que le tenía un regalo por ser 29 de Abril y cumplir un mes de conocernos.

-Mi princesa, quédate aquí y no te descubras los ojos. Créeme que sabré si los descubres - Reí y la hice reír a ella - Espero que te guste lo que te he comprado.

-Está bien mi amor, no voy a espiar pero date prisa. Me da algo no poder ver nada.

-Tranquila y ahora cuenta hasta diez para poder descubrírtelos.

Alondra hizo lo que le pedí y una vez que terminó de contar, pudo ver la sorpresa que yo le tenía preparada. Mi recámara estaba llena de globos, de dulces y de peluches y en el centro de mi cama estaba una hermosa caja con un regalo para mi princesa hermosa, finamente decorado y con un peluche que lo sostenía, por supuesto también un enorme ramo de rosas que yo tomé en mis manos para dárselo a ella.

-Feliz primer mes de conocernos, princesa mía - Le entregué el ramo de rosas - Hace un mes que me cambiaste la vida.

-Feliz primer mes mi amor. Muchas gracias por las rosas - Sollozó Alondra conmovida totalmente - Sé que no me vas a creer, pero es la primera vez que alguien me regala un ramo cómo éste.

- ¿En serio, mi princesa?

-Sí, muchas personas con quién llegué a salir decían que regalar flores es tirar el dinero, pensaban que las flores son algo efímero. Menos mal que tú no piensas de esa manera.

-Esos que pasaron antes por tu vida, son unos tontos. Las flores no son efímeras se pueden secar y meter dentro de las páginas de un libro cómo un bonito separador o para guardar el recuerdo de un momento especial o de quién te las regaló y por eso quiero dejar en ti, algo para que no me olvides Alondra.

-Gracias mi amor, me encantan. Ten por seguro que éstas rosas tendrán un lugar de honor entre las páginas de mis libretas del Tec, para recordar siempre que me las regaló el chico que amo, al mes de conocernos.

La atraje hacia mí suavemente para besarla y después la guíe de la mano para sentarnos en mi cama y que abriera el otro regalo, el que el peluche tiernamente sostenía.

-Mi princesa te falta abrir, éste otro - Dije colocando una de sus manos encima de la caja.

-Gracias, mi amor. Yo no te he podido comprar nada pero te he escrito algo - Se levantó de la cama y me dio un hermoso sobre azul de origami en el cuál venía una carta - Espero que te guste, lo que he escrito para ti.

-Por nada mi princesa, ¿Lista para abrir tu regalo? - Pregunté un poco ansioso de querer ver su cara al destapar mi regalo.

-Sí mi amor, ya lo abro.

Alondra destapó ilusionada mi regalo para ella y de inmediato al quitar todos los adornos que la cubrían, me miró a los ojos ilusionada y se impactó al darse cuenta que era una computadora y que debajo de ella estaba una carta escrita por mí, ella me abrazó inmensamente agradecida y nos quedamos así haciendo ese momento mágico, juntos soñando los dos.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora