Capítulo 80.-

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Narra Alondra Ferreyra

–No muchas, sólo que la loca de Petra ya se ha dado cuenta de que ustedes se han ido. Claro que ya fue a mi casa a querer amenazarme y digo querer porque ya conoces a mi madre.

–Claro, tú madre es de las mías, de las que no se dejan de nadie y por mí si le quiere dar un plomazo a Petra le mandaría a hacer una estatua. 

–Te pasas Alondra, ya te estás volviendo de un corazón de piedra, fría y sin sentimientos como yo. Dice Luis Miguel que fría como el viento y peligrosa como el mar, le haces honor a la canción.

–Fíjate bien, ya he abierto los ejercicios. Voy a responderlos en papel, le tomaré una fotografía y te los envió de vuelta a tu correo. Pónganse listos para que los alcancen a transcribir los tres y asegúrense de que no sean totalmente iguales si no quieren que el profe sospeche de ustedes tres y de paso de mí – Le advertí a mi amigo – Porque si me descubren sobra decir que las cabezas de ustedes tres colgarán de la Alhóndiga.

Mi amigo se reía a carcajadas, yo estaba haciendo los ejercicios a velocidad de la luz mientras su risa retumbaba en el teléfono. Cuando ya terminé le tomé la foto y se los envíe al correo.

–Alondra, muchas gracias ya me llegaron y tenemos que darnos prisa para pasarlos en limpio y no te preocupes que no van a colgar nuestras cabezas de ningún lado. 

–Por nada Julio y salúdame a aquellos dos por favor y otra cosa, así rápido. En cuanto tengan la tarea me la mandan que hasta hoy en la madrugada termine de hacer la de ayer y de enviar la mía.

–Claro que sí, ¿Alondra, ya le llegó el deposito a David? Le mandamos el pago de la tarea de ayer.

–Te confirmo al rato, hagan eso por favor y rápido que no tienen todo el tiempo, los quiero.

–Nosotros a ti. Te llamamos más tarde.

–Sí, gracias.

Terminando de hablar con Julio, volví a la cocina para lavar mi plato del cereal y para ayudarles a David y a Carmen a lavar los demás trastes que estaban saliendo sucios de lo de la comida. Ellos aguantaron el silencio y la risa por unos momentos, hasta que les resultó por demás incontenible.

–Mi amor, no puedo creer que tus amigos llevan un día sin ti y ya están sufriendo – Reía David descaradamente – Se les hará eterna tu ausencia.

–Lo sé David, es que un maestro les dejó unos ejercicios a última hora, que tenían que resolver, pero ya los hice y se los envíe – Dije orgullosa –Espero que salgan bien. Por cierto me ha preguntado Julio si te llegó el depósito de lo de las tareas de ayer.

–Sí, me llegó desde ayer. Si necesitas el dinero ahora mismo te lo doy mi princesa.

–No, sólo para avisarle que si te ha llegado y gracias mi amor.

Seguí ayudando con la limpieza de la cocina, ya que yo no sabía cocinar, al menos quería que Carmen viera que no me quedaba de brazos cruzados, que siempre y ante todo estaba dispuesta a ayudar. La cocina no era solamente saber cocinar, esta debía permanecer limpia y ordenada.

–Chicos, casi lo olvidaba – Nos dijo Carmen – Necesito ir a comprar un postre para cuando venga Fina, porque de las cosas que le pedí que me comprara no le pedí nada para preparar postres aquí.

–Nosotros vamos madre – Se ofreció David – Claro si Alondra quiere venir conmigo, si no pues yo voy solo.

–Claro hijo si pueden ir, me harían un gran favor. Necesito un pastel o algo que puedan conseguir. Tengo que esperar a que se termine de hacer la carne y después me tengo que subir a arreglar y apenas si me da tiempo. Ya sabes que Fina es muy puntual y la he citado para las 3 pm.

–Está bien madre, no te preocupes. 

David estaba por irse y me dio la mano asumiendo que lo iba a acompañar y eso así era totalmente cierto. Subimos al auto y fuimos al centro del pueblo. Yo me sentía tan emocionada por verlo todo así fuéramos sólo para comprar un pastel pero me parecía un lugar muy hermoso y también por la compañía obviamente. 

Al entrar al pequeño negocio que parecía una panadería en lugar de una pastelería, la chica de ahí saludó muy cariñosamente a David, lo que me hizo sentir mucho coraje. Los celos podían siempre conmigo.

–Vaya, pero si es David de María el hijo de los dioses – Le dijo la chica – Dichosos los ojos ¿Qué te trae por Valle de Bravo? No me digas que ya declinaste del Tec de Monterrey.

–Hola Lisa, tal vez no soy yo sino una aparición – Él le sonrió – He venido por un pastel del que tengas es una emergencia.

– ¿Lo quieres justo para ahora?, tengo dos en el horno y estarán listos en unos 15 minutos. No sé si quieras esperar, oye por cierto ¿Cómo está Dolores?

–Lisa, te presento a mi novia. Ella es Alondra – David me presentó con ella – Hemos venido con mi madre a pasar una temporada aquí en Valle.

La chica me barrió con la mirada, que no sé si fue eso lo que me dio más coraje o el hecho que preguntara por la perra de Dolores y sé que lo que no fue en mi año no fue en mi daño pero el solo hecho de saber que la trajo también a ella a Valle de Bravo, me hizo morir de odio en ese justo instante.

–Mucho gusto Lisa – Dije sínicamente – Cómo puedes ver, no soy la corriente, naca y pobre diabla de Dolores y es un gusto conocerte.

–Mucho gusto Alondra – Respondió Lisa –Si están libres en la noche podríamos hacer algo los 4, digo mi novio y ustedes dos.

Literalmente eso fue una cachetada con guante blanco, ella tenía novio y yo muriéndome ya de celos, de cualquier modo tenía que demostrar a todo el mundo que la novia de David soy yo.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora