Capítulo 135.-

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Narra Alondra Ferreyra

Lisa y Andrés lo hicieron delante de nosotros y eso no fue lo peor, lo peor fue que hicieron demasiado ruido y mientras seguían en el acto, se les cayó una de las cervezas en la alfombra de la sala de cine. David y yo nos miramos sabiendo en el fondo que eso significaba el fin, iba a ser muy difícil quitar ese aroma de la alfombra pero ni hablar, las cosas ya habían pasado. David y yo nos estábamos besando nuevamente con mucho amor hasta que me arrullé en sus brazos y ya que me estaba durmiendo, él me despertó con besos tiernos.

–Alondra, mi princesa despierta preciosa no te duermas – Me dijo mi güero al oído – Vamos a recoger todo el desastre.

Debíamos dejar la sala de cine, tal cual la encontramos y limpiar muy bien donde habia ocurrido el accidente.

–David, ¿Dónde están Lisa y Andrés? – Pregunté pues ya no escuchaba nada – No me digas que ha subido Carmen y que los ha corrido.

Pensé que si me habia quedado dormida y en ese inter Carmen pudo subir y darse cuenta del show que habían montado esos dos.

–Aquí estamos Alondra – Se asomó Lisa encuerada de atrás de uno de los sillones de la sala de cine – Apenas terminamos de hacer eso, ustedes nos salieron muy santitos.

Si ellos eran exhibicionistas, yo no lo era y no me daba vergüenza admitirlo, si yo iba a hacer el amor con David, teníamos que estar los dos solos en la intimidad. Nuca se me habia pasado por la cabeza hacerlo delante de otras personas, eso no estaba bien.

–Sí Alondra pensábamos Lisa y yo, que podíamos echar intercambio con ustedes dos, aquí en confianza – Me dijo Andrés – Aquí entre nos, me hubiera encantado hacerte el amor y ver cómo David se lo hacía a Lisa, eso hubiera sido espectacular.

¿Qué? eso no lo haría nunca, solo me interesa mi novio, no estaba de acuerdo en esas cosas, estos salieron más pervertidos que bonitos, no pensaba que fueran tan liberales y eso que habia dicho Andrés, no cabía en mi cabeza.

–No hubiera sido nada de eso – Se enojó David – No me gusta este tipo de cosas chicos y no quiero pelearme de nuevo contigo Andrés pero al parecer tú sí que quieres, que peleemos nuevamente.

Veía que David quería desviar la conversación, con respecto a lo que habia salido de la boca del borracho. No quería imaginarme, lo que habían hecho, mejor no preguntaba.

–David mi amor, cálmate. Vamos a recoger todo, porque dónde se ha tirado la cerveza, ya ha empezado a salir el aroma y no quiero que Carmen, te vaya a regañar.

–Alondra mi amor, no te preocupes por mi madre – Me dijo David – Bajaré a la sala por unos lienzos para secar y por el trapeador.

–No te molestes David, yo bajo. Nosotros tenemos que limpiar, Lisa y yo, fuimos los que ocasionamos este desastre – Dijo Andrés – Lamento todo lo que hemos venido a ocasionar.

–No pasa nada, pero por favor primero pónganse la ropa. No quiero que bajes encuerado allá abajo Andrés, recuerda que mi madre está ahí y no quiero más problemas con ella – Pidió David – Por favor amigo, hazme caso.

David tenía toda la razón, estos chicos por ser tan liberarles, se creían que se podían andar encuerados, en la casa de Carmen, no sabía cómo se comportaban delante de las demás personas.

–Está bien David De María, te haré caso y deja de dar lata – Andrés comenzó a vestirse y también Lisa lo hizo – Ya estoy listo, bajaré para traer eso.

–Te acompaño –Dijo David – No vaya a ser que mi madre te empiece a hacer preguntas y que quiera subir acá para ver qué pasó.

–Tienes toda la razón, no había pensado en eso – Dijo Andrés – Ahora venimos chicas.

–Sí, está bien. Mientras nosotras recogemos toda la basura – Dijo Lisa –Vamos Alondra, a juntarla en una de las bolsas.

–Sí está bien Lisa.

Me puse de pie y nos pusimos Lisa y yo a recoger la basura que se hizo con las bolsas de botana y lo que había caído al piso. Yo tomé una escoba, que estaba en una de las esquinas de la sala de cine y me puse a barrer todo en su totalidad, para que quedara lo más impecable que fuera posible, estábamos en silencio cuando Lisa, se me acercó para platicar.

–Alondra, siento mucho que te hayas asustado, de lo mío con Andrés – Dijo Lisa – Yo pude darme cuenta, de cómo te pusiste y lo siento mucho.

Yo iba a salir corriendo, cuando empezaron a besarse de una manera un poco vulgar, pero David me entretuvo y dejé que siguieran con lo suyo. Si David lo permitía, quien era yo para llamarles la atención.

–No Lisa, no tienes que disculparte conmigo por nada –La tranquilicé – Aquí no es mi casa, ni nada que se le parezca y creo que si quieres o sientes la necesidad de disculparte con alguien, ese alguien debe ser David.

–Sí, en eso te concedo la razón, con él me disculparé por esto de hacerlo en la sala de cine de su cabaña, pero David está más abierto sexualmente que tú. Allá en España se usa mucho eso del intercambio de pareja, de hecho, cuando el vino con Lola, hicimos lo que Andrés te acaba de decir que pensó, que podríamos hacer hoy – Dijo Lisa dejándome en shock – No sé si David te contó, pero esa ha sido la única vez que lo hice con él y déjame decirte chica ,que tienes a un semental, eres bien afortunada condenada Alondra.

Lo que me dijo Lisa me dejó callada y con los ojos abiertos, no podía pensar, no podía decir nada, no podía ni parpadear, ni reaccionar, ni nada. David no me había dicho nunca, que él se había acostado con Lisa y aunque eso no me molestaba, por no haber sido en mi tiempo, era muy duro para mí el enterarme de esas cosas del hombre que amo, de esa cruda y fea manera. Si bien Andes habia dicho algo, ahora me lo repetía Lisa.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora