Narra Alondra Ferreyra
–Ya hemos llegado, tengan calma – Nos dijo el paramédico – Baje pro favor, usted primero señorita, nosotros ahorita bajamos al chico.
–Está bien.
Le di un beso en la mano a David y me bajé con cuidado de la ambulancia, esperé a ver que lo bajaran a él y vi a Carmen cruzando el estacionamiento del hospital. Ella venía caminando muy rápido y yo, noté lo apurada, que se encontraba. Ambas vimos como pasaron a David al área de emergencias y nosotras fuimos a la sala de espera, dónde de inmediato, una chica muy bien vestida con uniforme de médico, se acercó a nosotras.
–Buenas tardes, ¿Son ustedes familiares de David De María Ramírez? El chico que acaban de ingresar, me acaban de dar su reporte médico – Nos dijo ella – Sí es así, necesitaré hablarles.
–Buenas tardes, claro que sí doctora, yo soy su madre y estoy a sus órdenes – Respondió Carmen – Y ella, es mi nuera.
–Buenas tardes señorita, espero que mi chico vaya a estar bien – Dije angustiada – Espero, que no nos diga que está muy grave.
–No, nada de eso. Tranquilas – Nos dijo ella, en tono amable – Vengo para saber si cuentan con algún tipo de seguro de gastos médicos mayores, sí es así voy a requerir los datos de su póliza, para el ajuste de la cuenta, de lo que aquí se vaya a generar.
–Claro, enseguida le doy los datos – Respondió Carmen – Doctora, más o menos ¿En cuánto tiempo, podrán darnos informes de mi hijo? No quiero sonar imprudente, pero como podrá entender, me preocupa. El se desmayó, por un fuerte golpe en la cabeza.
–Entiendo, pero yo me encargo solamente, de tomar los datos de los familiares de pacientes, en caso de contar, con algún seguro – Nos sonrió – Si es tan amable de llenarme estos formularios, de favor señora y en cuanto a su hijo, ahorita que me retire, para ingresar los datos de su póliza, preguntaré cuál es su estado.
–Muchas gracias doctora – Respondió Carmen – Enseguida le llenaré esto.
Carmen se puso a llenar los formularios, yo me puse a pensar en silencio y aunque quería dejar de llorar, simplemente no podía. No debí pedirle a David quedarnos ahí, no quería y nunca quise que le pasara nada, pero era una tonta y ahora él estaba con un golpe en la cabeza por mi culpa.
Ella rellenó todos los formularios, pero yo la notaba que estaba muy nerviosa, y no me gustaba ver a Carmen así, porque ella siempre estaba calmada y eso para mí significaba que a David, le podía estar pasando algo demasiado grave, y al irse la doctora, un doctor salió a hablar con nosotras.
–Señora Carmen Ramírez, soy el doctor Silva y estoy a cargo de su hijo el paciente David De María Ramírez – Se presentó con nosotras – Vengo a darle informes del paciente y a pedir que me firme un consentimiento, para realizarle unos estudios de rutina que se hacen en estos casos, a todos los pacientes que sufren algún trauma.
Mi corazón empezó a palpitar de forma errática, esas palabras del doctor, me hacían imaginar que mi David, estaba en grave peligro, que si le estaban pidiendo esa firma a Carmen, era por algo. Mis sollozos se hicieron presentes y Carmen, me tomó de la mano, para que me calmara.
–Mucho gusto doctor – Respondió Carmen – Claro que sí, yo le doy mi consentimiento y le firmo lo que sea, para que atiendan a mi hijo como se debe, por favor díganos la verdad doctor ¿Cómo está? Supongo, que ya lo valoraron y nos pueden decir más o menos, como se encuentra.
–A simple vista ha sido un descalabro y ya se le ha rasurado la zona y dado puntos de sutura; Sin embargo, como presenta un hematoma importante, en la zona afectada y según el informe de los paramédicos, el chico se desmayó por un momento, es mejor hacer los estudios por prevención, para descartar que tenga una hemorragia interna – Explicaba el doctor – Los golpes en la cabeza, no pueden tomarse a la ligera.
–Claro doctor, haga los estudios necesarios – Reiteró Carmen – Todo con tal, de asegurarnos que mi hijo esté fuera de peligro, por favor, cualquier cosa que necesite, me pueden venir a buscar, tienen que hacer todo lo posible, para que David, esté bien.
Yo solo había escuchado las palabras del doctor, en estado de shock, porque solo dos de ellas, levantaron mis sospechas ¿y si David estaba ya muy grave y no nos querían decir la verdad? Eso sería demasiado, para mí.
–Pero ¿Qué pasará si tiene hemorragia interna? – Pregunté llorando – No quiero que, a David, le pase nada.
Yo ya no podía controlar mi llanto, quería estar con él, tomarlo de la mano, para que supiera que estaba a su lado, deberían dejarnos pasar, si esto era de vida o muerte, no sé porqué no hacían nada.
–No tomemos conclusiones adelantadas señorita, no se puede asegurar nada, hasta que se hayan practicado los estudios, pero yo creo que exagero en mandarlos a hacer, de cualquier modo, es mejor, estar seguros.
Como se le ocurre decir eso, claro que debían realizarle los estudios, el mismo había dicho que esos golpes, no había que tratarlos a la ligera, se estaba contradiciendo y estuve a nada de hacerle ver su error. Ellos eran los responsables, si algo malo le pasaba si no le realizaban esos estudios, porque a mi parecer, eran necesarios.
–Gracias doctor, pero es importante, que le hagan esos estudios estaremos aquí pendientes – Dijo Carmen – A que le haga a mi hijo los estudios y venga a darnos informes.
Me alegraba que Carmen, le haya hecho hincapié, en que le realizaran los estudios a David, para que pudieran descartar, cualquier daño interno. No quería que él quedara con un daño irreversible, habia escuchado sobre esos accidentes y me rehusaba a pensar, en cualquier pronóstico adverso.
–Sí, ahora me retiro a seguir atendiendo a su hijo, con permiso. – Dijo el doctor.
–Es propio. – Le respondió, Carmen.
El doctor, se despidió y regresó a la sala de urgencias, esperaba que si cumpliera con su deber y le realizara esos estudios a mi chico, el doctor no podía simplemente pensar, que podían estar exagerando en una revisión.
Me levanté de los sillones de la sala de espera, para andar dando vueltas por todos lados, muy nerviosa. No quería que a David le pasara nada malo, estaba preocupada y quería ya que todo pasara, que lo dejaran salir de aquí y que pudiéramos irnos a casa, ya este día había estado lleno de estrés y de pura angustia y aún no terminaba.
–Carmen, con todo esto no te había dicho nada – Saqué el sobre de la prueba de embarazo – Es negativa. Así que al menos, para que tengas, una preocupación menos.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...