Capítulo 110.-

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Narra David de María 

–Por nada madre, claro.

Mientras mi madre subía con Fina Morgan a su recámara, yo me puse a preparar el té y a sacar las cosas de las bolsas que trajo Fina, para ir organizando lo que se iba a preparar, seguramente, sería pizza por el tipo de ingredientes que en ella venían.

Estaba esperando a que se terminara de hacer el té en la cocina, cuando sentí que alguien me abrazaba por la espalda, me di la vuelta y pude ver que era mi adorada Alondra, que había llegado a hacerme compañía.

–Hola mi amor ¿Ya te ha levantado el castigo Carmen? Espero que no se enoje conmigo, por salirme de la recámara antes de que ella me lo pidiera – Dijo Alondra – Pero desperté hace un rato y decidí bajar, para visualizar el panorama.

–Hola mi princesa, de hecho mi madre ya está más tranquila. Estábamos tomando vino y comentando las cosas, con respecto a lo que había pasado. 

–Está bien mi amor, ¿Qué son todas esas cosas?, ¿Cocinarás algo delicioso?

Pregunto mi princesa, ya con un poco más de ánimo, las cosas las terminamos de sacar, las pusimos a un lado para cuando regresara Fina.

–Sí mi princesa, haremos pizza seguramente. Las cosas las ha traído Fina, pero subió con mi madre a cambiarse y a secarse. A la pobre la alcanzó el diluvio y se mojó por completo.

–Bueno, ¿Quieres que te ayude en algo?

–No Alondra, vamos a sentarnos en el sillón, a esperar a que mi madre y Fina bajen. No quiero que hagamos las cosas, antes de que nos digan que tenemos que hacer.

–De acuerdo mi amor. 

Alondra estaba triste y demasiado callada, al parecer le había afectado mucho todo lo que pasó con mi madre, quise darle su tiempo, para que ella hablara y me contara pero no lo hizo y no me dejó más alternativa que preguntarle.

–Alondra ¿Qué te pasa preciosa?

–Nada amor, sólo es que pensé mucho las cosas. No me gusta que Carmen se enoje, pero siento que ella no entiende que yo no me dejo cuando alguien me ataca, pienso que ella cree que reacciono así de mal todo el tiempo. No quiero volver a Morelia y no quiero volver con Petra, tengo miedo que terminemos yéndonos pronto de aquí.

–No volverás con ella, eso te lo prometo. Pero sí tenemos que poner mucho de nuestra parte, para que las cosas funcionen aquí, mi madre me dijo que quiere que hagamos las cosas bien y eso es lo que vamos a hacer.

–Sí mi amor. También estoy triste, porque de seguro con todo lo que pasó, he arruinado lo del paseo nocturno.

Alondra me recordó que quedé con Lisa, para vernos en el paseo nocturno pero, ahora con todo esto que había pasado no podíamos salir seguramente de la cabaña y no podía culpar a mi madre, por no dejarnos que fuéramos a ningún lado.

–Sí Alondra, no creo que mi madre nos vaya a dejar ir. Lo siento mucho, no hemos hecho nada bueno, desde que llegamos y yo que venía con miles de planes para los dos, ahora compruebo que es verdad lo que dice mi padre, que las cosas no resultan, cuando las planeas demasiado.

–No te preocupes David, veremos qué podemos hacer, para que todo vaya bien y de lo del paseo no pasa nada, podemos organizarlo para otro día. 

–De todos modos no hubiéramos podido ir, mira la lluvia que empezó a caer de pronto.

Alondra seguía triste a pesar de haberlo hablado conmigo, yo sabía que le pasaba algo más pero ya no quise atosigarla en aquel momento, no fuera a ser que ella se enojara y que luego mi madre, se molestara porque se diera un nuevo jaleo aquí en la cabaña, estando Fina presente. 

Encendí el televisor y nos pusimos a ver un canal de música en ingles Alondra y yo, para relajarnos un poco hasta que Fina y mi madre bajaron y se sentaron en la sala con nosotros. Yo me levanté y me fui a servir el té que hice, todos tomamos té y saqué unas galletas que había comprado mi madre. Estuvimos compartiendo un rato en silencio y luego Fina, que era tan directa comenzó a platicar con nosotros.

–Espero que les guste lo que he traído para preparar pizza – Nos dijo Fina – Sé que a Carmen le queda muy buena.

–Sí la pizza de mi madre es excelente – Respondí – Alondra, mi amor ¿Me ayudas a preparar lo de la pizza?

–Sí claro, David. 

Alondra y yo nos fuimos a la cocina y nos pusimos poco a poco a sacar las cosas de lo de la pizza, le expliqué como se hacía la masa y todo paso a paso, ella parecía no entenderme mucho y después de un rato, mientras le empezábamos a poner la salsa a la pizza para después colocar los ingredientes, ella rompió el silencio.

–David, quisiera que vinieran Julio y Javy a pasar un fin de semana con nosotros. Los extraño mucho.

–Alondra, eso de momento no creo que se pueda. Pero si nos portamos bien tú y yo, tal vez más adelante.

–Otra cosa más que, se pierde por mis malos modos.

–Alondra, no te culpes preciosa que yo también tengo mi parte de culpa. Alégrate que a pesar de todo estamos aquí, juntos y preparando una pizza que quedará deliciosa.

–Después de cenar ¿Podemos ver Amigos y Amantes? 

Esa serie era su programa favorito, no se cansaba de verlo, tanto así que ya se sabía los diálogos de los personajes. De hecho yo ya le había empezado a agarrar el gusto, no podía negar, que la historia era muy interesante.

–Claro que sí.

Terminamos de decorar la pizza y después la metimos al horno, Alondra y yo nos quedamos en la cocina, para cuidar su cocción y cuando terminó de hornearse llamamos a mi madre y a Fina a la mesa para sentarnos todos a comer pizza. Nos habia quedado deliciosa. 

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora