Capítulo 98.-

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Narra David de María

Alondra se despidió de mí con un tierno y apasionado beso, después se volvió a sentar dónde estaba en el comedor para seguir con su tarea. Yo por mi parte, me subí al auto con mi madre, quién tenía seguramente una intención oculta y siniestra en querer que fuéramos al pueblo a solas. Yo iba un poco nervioso removiéndome en mi asiento pero disimulaba esperando que sólo fuera una salida a comprar algo. 

Hasta que mi madre entró en la gasolinera y se estacionó fuera de la tienda de conveniencia. Pero no se movía de su sitio, era algo extraño de su parte, fácilmente nos hubiéramos ido al bosque cerca de la casa. No alejarnos tanto.

–Pensé que iríamos al pueblo ¿Vas a comprar algo acá? O ¿Vas a hacer un pago? – Pregunté a mi madre.

–Ni lo uno, ni lo otro David – Mi madre me miraba como si sus ojos fueran a salirse de sus órbitas – Estoy muy molesta y muy decepcionada de ti hijo. No puedes tapar el sol con un dedo, las cosas siempre se descubren, tarde que temprano.

–Ya sé madre, por lo de la borrachera. Escucha es que ayer que no las vi a ti y a Alondra, todo se juntó y quedamos con Andrés de tomarnos unos tragos y se salieron las cosas de control. Pero ya apiádate de mí que me sigue el dolor de cabeza, gracias por preguntar – Dije queriendo terminar, esa plática con mi madre – Por favor, volvamos si no tienes nada más que agregar. No me gusta dejar sola a Alondra.

–A mí tampoco me gusta dejarla sola, pero esto que te pienso decir hijo no lo puedo decir delante de tu novia, la ropa sucia se lava en casa y lo sabes – Mi madre seguía matándome con su mirada – David, no estoy molesta solo por la mega borrachera que te pusiste anoche, estoy muy pero muy molesta porque además de eso hoy mientras estaba jugando cartas con Fina y me levanté a llevarles la botana y el vino, leí lo que le dijiste a Alondra, que has perdido una clase y que tendrás que dar asesorías ¿Por quién me tomas hijo? Para no decirme las cosas.

A mi madre no se le iba una, definitivamente. Eso me alteraba demasiado y ahora tenía que sostener esa verdad que quise ocultar y con ella tan cabreada como estaba, me iba a costar demasiado salir ileso de esta discusión, sobretodo porque no tenía como justificarme. Lo había dejado pasar y estas eran las consecuencias.

–Madre, lamento mucho que te enteraras así. Yo en serio, te lo iba a contar – Me quise justificar – Pero como podrás entender, no te iba a decir delante de Fina que yo, había perdido una clase y que me avisarían en un tiempo para ir a dar asesorías presenciales. Lamento mucho eso madre, con todo lo que nos ha pasado desde que llegamos a Valle, no presenté ese examen y ahora ya nada puedo hacer, sólo ponerle más ganas a las demás materias y sacar excelencia. En cuanto a esa materia así tenga que dar las asesorías, lo haré para no tener que repetir la materia.

–David te desconozco hijo y eso me duele en el alma. Nunca te habías comportado así, de ponerte de borracho como ayer, nunca habías llegado a ninguna situación, con lo de tus materias del Tec – Mi madre seguía reprendiéndome – Lamento mucho todo lo que ha pasado, pero nada es una excusa y eso ya lo sabes, la escuela es primero. Deberías de aprender a Alondra, quién llueva o truene hace sus cosas, es dedicada y le pone la seriedad que amerita, el ir a la escuela pues a eso van a estudiar, a aprender y a formarse como profesionistas para, que puedan hacer algo productivo de sus vidas.

–Tienes razón madre pero mira, ya no me quiero pelear contigo – Dije más tranquilo – Ya te he dicho cuanto lo siento y espero que me perdones por favor. Arreglaré mi situación y te prometo que verás un cambio en mí en cuanto a mi situación académica.

Ahora sí que tenía que ponerme al corriente con las demás materias para que no hubiera ninguna falla. Mi madre no se conformaría con menos.

–Eso espero David, de lo contrario pensaré que todo lo que te he apoyado en cuanto a lo de Alondra, no ha servido de nada y que por el contrario tú lejos de agradecerme, te empeñas en hacer mal las cosas.

–Madre, ya por favor. Vamos a estar bien, sí, perdóname ¿Qué más quieres o necesitas que haga para que ya no estés enojada conmigo? – Pregunté queriendo que negociáramos – Haré lo que me pidas y te lo digo en serio.

Mi madre me miraba como sólo ella sabía, cuando quería pedirme o exigirme más bien que hiciera algo. Parecía quedarse pensando en la manera de torturarme, me puse muy nervioso y preocupado pues su silencio me decía, que saldría con algo si bien, que no fuera imposible de cumplir, ciertamente iba a ser muy difícil.

–Muy bien hijo, lo que quiero que hagas es lo siguiente, pon mucha atención – Mi madre me miraba fijamente – No quiero que vuelvas a ver a ese infeliz borracho de Andrés ¿Queda claro?

–Madre, pero habíamos quedado de vernos con Lisa y con él este viernes. Yo quiero que Alondra también socialice y haga cosas diferentes, ya habíamos quedado con ellos – Repliqué.

–No está a discusión y no metas a Alondra en esto, dijiste que harías lo que sea y eso harás para empezar. Para continuar, quiero excelencia en todas las demás materias, quiero seriedad, quiero compromiso. 

–De acuerdo madre, ¿Ya nos podemos ir?

Ya no había más que decir, acataría sus órdenes sin poner objeción, ella tenía razón, tenía que mejorar mis calificaciones. No pasarme la vida tomando.

–Ya, volvamos a casa.

Mi madre puso en marcha el auto y en el camino de vuelta a casa, no dije ya nada, ni hablar se habían echado a perder mis planes, pero prefería eso, que tener más problemas con mi madre. Tomaría las cosas con más seriedad y le demostraría, que ya no tenía por qué sentirse defraudada por mí.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora