Capítulo 87.-

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Narra Alondra Ferreyra

Estaba en la recámara de David, terminando de arreglarme para poder bajar con David y Carmen a desayunar algo, cuando me asomé por la ventana y pude ver que ellos estaban en el patio, en dónde nos sentamos David y yo a ver las estrellas y la luna la primera noche aquí. Veía que no estaban en una situación cómoda y a pesar de que no quería abrir la ventana para escuchar su conversación, pues parecía algo de muy mal gusto de mi parte.

Pudo más la parte de mí que se preocupaba, porque mi chico estuviera de nuevo queriendo pelear por algo con Carmen. Así que abrí la ventana, para escuchar el motivo del desacuerdo entre ellos dos. No me gustaba que se pelearan.

–David de María Ramírez, me vas a explicar en éste momento ¿A quién le compraste ese celular? No soy tonta, para darme cuenta de que en mi propia cara, te están extorsionando, cómo no te puedes dar cuenta de eso, hijo, por favor – Le reclamaba Carmen a David.

–Madre, te prometo, que tengo una explicación y te la daré luego. No quiero que baje Alondra y nos vea en este plan y peor aún, que nos empiece a preguntar cosas que, no quiero hablar con ella porque sé, que vamos a pelear.

No me quería imaginar a quien se podía estar refiriendo Carmen, pero muy en el fondo sabía de quien se trataba, solo una persona tenía el descaro de seguir insistiendo y pidiendo dinero a David, y por lo visto él seguía en las mismas, se dejaba manipular por esa tipa.

–Hijo, la mentira tiene patas cortas y es mejor que me digas que te traes tú con Ruperta y con la familia de Dolores. Te exijo una explicación y te recuerdo que soy tu madre, a mí no me quieras ver la cara, David. 

La hermana, esa era peor, trayéndole cuentos no sé de qué, era de la peor calaña que te podías encontrar, por eso se decía que estaban cortadas por la misma tijera. Maliciosas y dañinas a más no poder. Me llenaba de coraje, al saber que no lo dejaban en paz y si el seguía así, esto jamás acabaría. Lo tenían bien controlado, checado y sabían del movimiento de dinero que podía manejar.

–Por favor baja la voz, no quiero que Alondra nos escuche. Lo que sucede es que, desde antes de venir a Valle de Bravo, Ruperta me buscó para pedirme dinero, pues Lola tiene leucemia y se ha ocupado para sus análisis y demás cosas mamá. Me siento culpable por como terminamos y además siempre has sido tú quién me dice, que si tengo oportunidad de ayudar a los demás que lo haga y así les guste o no a Alondra y a ti, no puedo ser indiferente al dolor ajeno y si puedo ayudar a Lola a costear algo de su enfermedad lo pienso hacer – Le dijo David a Carmen – Por favor madre, no me tomes eso a mal.

De ahí lo tenían agarrado, de la supuesta enfermedad de Dolores, ¿cómo pueden jugar con su propia salud de ese modo? creo que no tenía temor de que le fuera a pasar de verdad, según lo que había leído de esa enfermedad era mortal si no encontraban a un donante que fuera compatible y le pudiera donar su médula ósea. 

–No es que te lo tome a mal hijo y tienes razón – Le decía Carmen – Yo he sido siempre quién te ha dicho que ayudes a la gente en la medida de lo posible, pero no de esta manera. Yo no creo, que esa mujer esté enferma y me refiero a Dolores de haberlo estado, no se habría aliado con la loca de Petra para andarlos siguiendo en el hotel, la ocasión que le llegaron las fotos de ustedes a esa mujer, la cual es el motivo de que, todos estemos aquí. Alguien que está enfermo, se la pasa en su casa o atendiendo a su salud.

–Madre mira, me mandó Ruperta las pruebas de los análisis que se le hicieron a Lola y va a requerir quimioterapias y radioterapias. Yo sinceramente, no puedo ni quiero que por falta de dinero se pierda una vida – Decía David muy molesto – Ruperta me pidió que le comprara ese celular, para poder estarse comunicando con la gente que se necesitara comunicar, para brindarle una buena atención y cuidado a Lola. Eso es todo, madre y no quiero discutir más contigo.

–Quién decide cuándo termina esta conversación soy yo hijo, ¿No te das cuenta que esa maldita gente te está extorsionando? – Carmen le preguntaba furiosa – Abre los ojos, entiende que la mujer esa Dolores, tiene coraje de que te has ido con Alondra y ahora andan viendo, cómo sacarte dinero. No seas tonto hijo, por el amor de Dios.

–Por el amor de Dios nada mamá. No me hagas que se me suba el cabreo a la cabeza, por favor te pido, que no te metas en las decisiones, para las cuales no te estoy pidiendo dinero.

–Te recuerdo David de María que tú no trabajas y todo dinero que gastas sólo tiene dos fuentes, tu padre y yo, así que me debes todas las explicaciones que yo quiera y necesite, porque es también mi dinero y si no te parece e insistes en andar regalándoselo a quién tú quieras, busca entonces un trabajo y regala algo que, a ti te cueste trabajo generar.

Carmen entró a la casa y David permaneció en el patio, mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas. No podía dar crédito a lo que acababa de escuchar, no era justo, no era lógico y no me parecía correcto que luego del daño que esa maldita infeliz de Dolores, me había hecho y que por su culpa Petra casi me mata de la golpiza que me dio, él todavía tuviera trato con su hermana y ayudara para su disque enfermedad. Yo pensaba igual que Carmen, que esa maldita mujer, no estaba enferma en absoluto.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora