Capítulo 99.-

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Narra Alondra Ferreyra

Al encontrarme sola después de que David y Carmen se fueron, me apuré para terminar mis tareas y la de mis clientes, decidí una vez que tenía todo hecho y solucionado, llamar a mis amigos para platicar un rato y para ver si no se les ofrecía nada más, aparte de las tareas. Extrañaba esos días, después de clases.

–Hola – Respondió Javier – Alondra no puedo creer que me estés llamando, pensé que tú chico, no te dejaría respirar.

Javier se la pasaba molestando con lo mismo, pensaba que David era mi carcelero, pero era todo lo contrario, aquí podía ir y venir sin tener restricciones, era todo lo diferente, a lo que vivía con Petra. 

–Hola Javy ¿Cómo están? Espero que no me estén echando mucho de menos – Me reí un poco – Yo sí los extraño mucho, pero con todo y eso debo reconocer, que la he pasado muy bien, aquí en Valle de Bravo.

Lo poco que había conocido hasta el momento, me gustaba demasiado y con eso de que, íbamos a empezar a hacer cosas al aire libre, me tenía emocionada. David a pesar de no gustarle los deportes extremos juró que me acompañaría.

–Me alegro mucho por ti Alondra y porque la estés pasando bien – Respondió mi amigo – Claro que te echamos de menos y sobretodo en las pruebas rápidas, somos un asco sin ti.

Era donde les podía ayudar y estando tan lejos, era la muerte para ellos, no podíamos hacer nada en este caso.

–Lo siento amigo, en serio quisiera estar allá para ayudarles ¿Qué otras novedades tienes de Morelia?, ¿Estás sólo?

Era extraño que no me haya pasado a los demás chicos, para por lo menos saludarlos o puesto el celular en altavoz.

–Sí por ahora sí, estoy acostado en mi cama comiendo una rebanada de la pizza que nos encanta de la Hawaiana del local ese, dónde trabaja la mujer que te cae gorda.

–No se te va una Javiercito y sí me cae bien gorda esa mujer, pero debo admitir, que la pizza es deliciosa.

Siempre que íbamos a la pizzería, nos tocaba ser atendidos por esa chica, que no sé porque me veía con mucho coraje y pues si a esa íbamos, el sentimiento era mutuo, me caía gorda. Nunca le había hablado y nunca lo haría, siempre había tenido mala amistad con las de mi sexo.

–Te tengo una novedad Alondra, es sobre Petra y no sé cómo la vayas a tomar porque incluso le tomé unas fotografías, ya sabes me gusta andar de fisgón y de chismoso. Mi plan detectivesco ha dado sus frutos.

–Javy neta no sé para qué le tomas fotos a esa señora, a mí francamente su vida, me viene valiendo gorro.

Para que saber de ella, si lo que hiciera me valía, con su vida podía hacer lo que le viniera en ganas, así como debía dejarme en paz, yo la dejaba de lado. Cada quien por su lado, ni me molestaba, ni yo a ella.

–No dirás lo mismo después de ver las fotos que le tomé ¿Tienes abierto tú correo electrónico?

–Sí, tengo todo de hecho estaba ya, mandándoles a ustedes tres, por correo la tarea de mañana.

–Bueno, ahí te van las fotos que tomé. Míralas y te espero aquí en línea, quiero saber si aún podrás hablar o decirme algo después de verlas.

Me llamó la curiosidad lo seguro que lo decía, tal vez sea algo que pueda usar en su contra, pero Petra se cuidaba de no hacer nada indebido a la vista de todos, era como si siempre estuviera ocultando algo, de eso me había dado cuenta lo que llevaba de vida. 

–Claro amigo, dame un minuto para verlas. Apenas me ha llegado tu correo y se están descargando.

Abrí el correo de mi amigo y comencé a bajar las fotografías. Entonces me di cuenta de que Javier tenía muchísima razón, no podría creer lo que estaba viendo. Petra estaba en esas fotografías besándose con un tipo más joven que ella y que no era mi papá. Era una hipócrita, se creía una santa y le estaba poniendo el cuerno a mi padre.

Después las seguí pasando de una por una hasta darme cuenta que estaba con uno de los fundadores del patronato ¿Cómo le haría Javier para acercarse lo suficiente a ellos para hacerse con esas fotos? 

No podía creerlo, ella quién siempre me juzgaba y me decía que no tenía principios, ni valores morales, ni nada por el estilo estaba ahí besándose con ese hombre, estando casada con mi papá, quién además de todo era el mejor marido y el mejor padre del mundo. 

–Alondra ¿Sigues ahí? – Me preguntó mi amigo al escuchar mi silencio –Te dije, que te ibas a quedar impactada.

Quedar impactada era poco, bien podía mandarle las fotos a todo su grupo de amigos, pero eso le afectaría mucho a mi papa, él que le creería todo lo que ella le decía. Seguro le diría, que era un montaje de mi parte para perjudicarla.

–Sí Javy sigo aquí – Respondí sin poder decir nada más – Es que no te lo puedo creer ¿Cómo es que hiciste para hacerte con esas fotos?

–Para que veas, soy muy bueno en lo que hago – Mi amigo se reía escandalosamente – La verdad ya me habían dicho algunos rumores y me propuse a investigar a Petra y ya sabes, que cuando uno indaga salen verdades incomodas, de todo el mundo.

–Tienes razón amigo, pero no puedo negarte que me siento muy mal – Dije un poco triste – Aunque siempre supe e intuía que Petra, es una mujer doble moral, nunca pensé que tuviera el descaro de engañar así a mi padre y mucho menos, que su amante se tratara de un hombre, de los del patronato.

–Obviamente tenía que ser así Alondra, por algo Petra no sale del patronato. Pero ahora que ya lo sabes, no quiero que te sientas culpable de defender tu amor por David, tú tienes todo el derecho de ser feliz.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora