Capítulo 112.-

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Narra Alondra Ferreyra

Cuando Fina se fue de la cocina, me propuse decirle a David, que hiciéramos eso un club de lectura y así no tendríamos que salir de la cabaña y Lisa podía venir y si ella conocía más gente también. Así Carmen no estaría preocupada, por nosotros y nos serviría de distracción. 

–David, lo que dijo Fina es cierto. No tenemos que salir para hacer algo divertido– Le dije emocionada – Deberías decirle a Lisa que venga y hacemos un club de lectura.

–Sí Alondra, es una excelente idea – Respondió David – A ella también le gusta mucho leer, de hecho, le he traído algunas de las revistas de mi madre, dónde escribe Corín Tellado.

–Entonces Lisa y yo, sí que podremos ser amigas. Amo las novelas de Corín Tellado y gracias a eso aguanté a la loca de Petra más de la cuenta, porque mis tías compraban esas revistas y las dejaban en mi casa y ahí conocí a esa mujer fantástica, sus historias son preciosas.

–Yo he leído una que otra, lo confieso – Dijo David apenado – Mi mamá también las compra, es más vamos a decirle que si nos presta algunas revistas. Aquí debe tener algunas, igual que en la ciudad.

–Vamos amor.

Salimos de la cocina para ir con Carmen y tocaron en ese momento la puerta de la cabaña. David se quedó de pie en el pasillo debatiéndose si debía de abrir o no y finalmente fue y abrió la puerta de la cabaña para darse cuenta que ahí estaban Lisa y ese tipo el borracho o eso supuse yo, pues si era el novio de ella, debía ser él.

–Hola chicos, hemos traído la diversión hasta su casa – Dijo Lisa muy feliz – Espero no se enoje tu mamá David, pero Andrés no me lo aguanto, quería conocer a tú chica.

Vimos que traían unas bolsas, con algunas cervezas y en automático pensé lo que diría Carmen, en esta casa no entran.

–Hola Lisa – Respondió David – No hubo paseo nocturno, se canceló por el clima y además no nos hubieran dejado ir a Alondra y a mí por nuestro mal comportamiento.

–No pasa nada, por eso hemos venido nosotros –Dijo Lisa – No pensarás dejarnos aquí afuera toda la noche ¿O sí?

–Escuchen, esperen aquí. Tendré que preguntar a mi madre si puedo dejarles pasar, porque como les he dicho, hemos tenido algunos disgustos, últimamente.

–Disgustos, de los que es culpable tu novio – Dije con honestidad – Carmen lo ha apodado “el borracho”

Pensé que Lisa iba a enojarse conmigo y por un momento, me reprendí mentalmente, ¿Cómo rayos no era capaz de cerrar mi maldita boca? Pensé dentro de mí, además el borracho me comenzó a ver de una forma muy extraña y Lisa estalló en carcajadas, lo que hizo me relajara un poco, mientras que David, entró a la cabaña para preguntar a Carmen si les podía dar entrada a Lisa y al borracho o no.

–Hola Alondra, que cosas dices mujer. Desde ya, me encantas – Me saludó Lisa – Sí es un borracho Andrés y Carmen le puso el apodo perfecto.

–Hola y lo siento Lisa, no quise ser grosera solo que luego, se me salen las cosas – Me disculpé – Espero que no se moleste tu novio.

–Mucho gusto Alondra, por cierto que hermoso nombre para una niña muy bonita – Dijo Andrés – Yo soy Andrés pero mejor dime “el borracho” me ha encantado el apodo, va bien con mi personalidad.

–Muy bien, mucho gusto Andrés – Dije y nos dimos la mano – Espero que Carmen los deje pasar, aprovechando que está con una amiga.

–Esperemos que dice David – Dijo Lisa.

David en ese momento salió y venía con una cara, que me hizo pensar lo peor, que Carmen no iba a permitirle la entrada a Lisa y a su novio, eso era seguro, es más yo no hubiera ido a pedir permiso, pues sabía que lo iba a negar rotundamente, pero en cuanto se acercó a nosotros sonrió y se relajó. Nos hizo sufrir con su cara de regañado.

–Chicos pueden pasar – Dijo David contento – Pero mi madre puso condiciones como era de esperarse, no pueden pasar nada de alcohol, así que esas bolsas de cerveza se quedan fuera de la cabaña y segunda quiere que platiquemos y estemos divirtiéndonos tranquilos.

–No hay problema David – Respondió Lisa – Hemos venido a divertirnos un rato y para que Andrés conociera a tu chica, podemos ver una película de esas que aman ustedes de balacera. Aunque ya que somos dos chicas y dos chicos, podríamos Alondra y yo escoger alguna de amor y veríamos quien gana.

Yo no estaría muy segura Lisa, pues mis gustos en géneros de películas era todo lo contrario, yo me iba más por el lado de la acción. 

–Lo siento Lisa, ahí si te quedaré mal – Dije sinceramente – Esta vez ganaran las de balacera, odio el romance y no me gustan ese tipo de películas, pero las de acción son muy buenas. Pasa y vamos a escoger algunas juntas ¿Qué dices?

–Claro, vamos. Yo no tengo problema –Respondió Lisa.

Lisa y yo subimos a la recámara de David a fin de, escoger unas películas, para después ver cuales querían también ver nuestros chicos. Ellos se quedaron abajo, para preparar botana y palomitas y subir todo para ver la película en la recámara de David, pues Carmen, no nos dejaría estar en la sala, si ella estaba con Fina. Ya que subieron los chicos, David me tomó de la mano y salimos todos de su recámara yo no sabía a dónde íbamos, cuando él volvió a sorprenderme.

–Vamos a ver la película en nuestra sala de cine – Dijo David – Para que Alondra la conozca.

–Lleva días aquí y no la conoce, te pasas amigo mío – Lo regañó Lisa.

Entramos a otra recámara de su casa, que no era eso. Era una sala de cine privado para diez personas, yo me quedé impactada al ver lo que veía. Mi chico estaba en otro nivel, esto sí que era la primera clase. Esto era comodidad, solo hacía falta tener las películas de estreno y disfrutar de esta hermosa sala, que era un lujo.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora