Capitulo 91.-

26 3 0
                                    

Narra Alondra Ferreyra

David llegó en un estado inconveniente esa noche y eso me puso peor de lo que ya estaba, o sea que no le había sido suficiente con estar enojado conmigo todo el día y ahora aparte de todo, llegaba en ese espantoso estado de ebriedad, cayéndose de borracho. Volteé a ver a Carmen, quién estaba enojada totalmente al igual que yo y para mi buena suerte, ella se adelantó a decirle algo a David.

-Mira nada más como vienes, David de María. Eres el colmo, estás hasta el gorro de borracho ¿Se puede saber dónde estabas y con quién? - Lo reprendió Carmen - De verdad, que te veo y si alguien me lo hubiera dicho, no lo habría creído nunca.

Bueno para mí era la primera vez que lo veía en ese estado, pues Carmen lo conocía bien y para que lo viera en esas fachas, debía ser algo nuevo también para ella. Los borrachos, se volvían impertinentes, la mayoría de los casos, David estaba moviéndose de un lado para otro.

-Madre, estaba con mi amigo Andrés el novio de Lisa. Me invitó unos tragos, me empecé a sentir mal cuando me dio el aire - Le respondió David a Carmen - Mañana hablamos, si les parece bien. Me urge ir a dormir, buenas noches, madre, vamos mi princesa.

Yo me quedé parada simulando no escuchar nada de lo que me decía David, yo no quería ir con él a ningún lado y menos subir a su recámara en ese estado de borrachera masiva que tenía por lo que lo ignoré y a él eso no le gustaba, ser ignorado.

-Alondra, mi amor. Te amo. Eres la mujer más bella de este mundo para mí - Me decía David y tomó mi mano - Por favor, vamos a arreglar nuestros problemas, te lo pido de la mejor manera. No estuve bien todo el día y por eso me he embriagado, para olvidar que discutimos y que nos peleamos. Por favor mi amor, perdóname.

Yo sentía muchas cosas a esas alturas del día, sentía dolor, sentía desanimo, sentía resentimiento, sentía mucho coraje, porque no era justo que mientras yo lloraba con Carmen por enterarme de sus tonterías y de que seguía en contacto con esa gentuza, que nada más le estaba sacando el dinero a como diera lugar, él se andaba divirtiendo, tomando de lo lindo con ese tal Andrés.

Me encontraba entre la espada y la pared, no podía reclamarle ni decirle nada delante de Carmen, pues ella había hecho todo esto de venirnos a Valle de Bravo, huyendo de las idioteces de Petra como para que yo encima armara un desmadre. Me quedé callada mirando a Carmen como si buscara que ella me diera una respuesta que me ayudara, pero ella al parecer pensaba, por su silencio que yo era quién debía decidir, si perdonar o no a David.

-David, yo no sé qué decirte. Creo que debes ir a dormir y mañana si quieres ya que estemos más tranquilos, hablamos - Dije conteniendo las lágrimas - No tengo yo sueño y voy a mandar una tarea en un rato.

Le estaba inventando cualquier cosa, lo que menos quería era que viera el daño que me estaba haciendo, que a resumidas cuentas le iba a valer, de seguro mañana no se acordaría de lo que había hecho.

-Alondra, mi consentida. Desde que nos hemos conocido, no nos hemos separado para dormir. Por favor mi princesa, ven conmigo a mi recámara, que éste día sin ti, me pareció un infierno - Comenzó a llorar David - Necesito abrazarte, sentirte, besarte y estar contigo. Recuperar de alguna manera, el tiempo que en este día hemos perdido.

Tenía razón, por más acuerdos de no tener sexo durante un tiempo, siempre dormíamos en la misma cama, abrazados, dándonos amor, acariciándonos y hablándonos bonito. Nuestro amor no necesitaba del sexo, si podíamos dormir juntos.

-David, mi amor. Escúchame - Le dije lo más calmada que pude, a pesar de que estaba que me llevaba el diablo - Creo que ambos ya sabemos las consecuencias terribles que tiene el que hablemos con la cabeza caliente, por eso te pido mi amor que subas a dormir y ahorita que yo mande mi tarea te alcanzo.

David había entrado en un estado de terquedad que rayaba en lo chocante. Estaba de impertinente y me estaba colmando la paciencia. Me hice a un lado y me tomó del brazo y no me dejó avanzar ni un paso. Pero logré soltarme de su agarre. Me aparté lo más que pude.

-No Alondra, me vas a abandonar, me vas a dejar, me vas a terminar, lo sé. Lo de Lola fue un error, entiéndelo - David se tambaleaba y en eso comenzó una gran tormenta - Prefiero que se muera Lola de la Leucemia a que tú me dejes, te amo mi consentida. Madre, haz algo y no te quedes ahí parada.

Carmen no daba crédito a lo que estaba viendo y en cierto modo yo tampoco, David siempre había sido muy sensato y este comportamiento que ahora estaba demostrando, daba a entender, completamente todo lo contrario. Absolutamente todo. Nos tenía muy sacadas de onda.

-Alondra ya sabe lo mucho que la amas David, pero también entiéndela por favor, tienes que comprenderla -Intervino Carmen - Ella ha sufrido mucho por los chismes de Lola, por su alianza que hizo con Petra y el que tú tengas trato con esa gente, solo logra lastimar mucho más a Alondra. Dale tiempo hijo, sube a dormir y deja de estar haciéndote el mártir mojándote, como si eso fuera a solucionar las cosas.

David empezó a caminar hacia el bosque y la tormenta se hacía más intensa, me preocupe, estaba tentada a ir detrás de él, se podía caer y hacer daño, era como un niño berrinchudo, que no le dejaban hacer lo que quería.

-Qué no madre, que no y no me subiré si Alondra no viene conmigo. La amo y no la pienso perder y me mojaré hasta que ella me pida que no lo haga - David se tambaleaba internándose más al bosque - Si me cae un rayo, que sepas que por ti lo recibí Alondra, que morí por ti porque te amo, porque sin ti no vivo, no respiro y no soy yo mismo.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora