Capítulo 174.-

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Narra David De María

A mí me habia pasado igual con ella, pues antes no había pasado por eso con nadie, era como si nunca hubiera querido a nadie, solo era ella y solo ella, no había nadie a la que hubiera querido como la quiero a ella.

–Defiendo a Alondra con todos los años que la he conocido – Luis Miguel se apareció de pronto – Ella te ama David, eres el hombre con el que ella busca, su para siempre. A mí me lo ha dicho, que contigo sueña eso que nunca tuvo, su final de cuento y pienso que antes de seguir hablando mal, de la mujer que te ama, deberías estarte preocupando, de cómo pasó la noche en ese lugar y no me preguntes como lo sé, que Javy y Julio, me contaron todo lo que pasó.

Me dijeron la verdad, así de golpe y yo, no tuve las fuerzas para seguir alegando nada más. Ellos tenían razón, Alondra solo me había demostrado amor, desde el día que empezamos a estar juntos, ella había perdido más que yo, en toda la relación y yo de estúpido solo la juzgaba y decía lo peor de ella, no me podía perdonar ni yo mismo, por todo lo que había dicho. 

Me senté en una de las bancas del Tec, pensando que ella debió pasar una noche infernal, de lo peor ahí y lejos de llegar a abrazarla y a consentirla, llegué alterado a reclamarle, por lo de Axel en lugar de disculparme por el mal rato, que le había causado y por lo que ocasioné con mis mentiras, por preferir irme a escondidas a una estúpida fiesta, para ocultar que ahí podía estar Lola.

Lloré desconsolado y los chicos amigos de Alondra, en lugar de darme la espalda me apoyaron. Me dieron ánimos y me motivaron a que cuando ella llegara al Tec, me animara a pedirle que habláramos. Y ese momento, no tardó en llegar, ella se apareció al poco tiempo después de mí en el Tec, pues pese a lo que vivió anoche, no iba a faltar a clases. Ella era muy responsable y no dejaría, por nada del mundo de atender sus estudios.

Era en lo que me tenía que poner a pensar, que estaría corriendo para poder asistir a sus clases, no pensar que se estaba revolcando con el abogado, por eso mi madre siempre me estaba diciendo, que debía pensar las cosas antes de abrir la boca. Que eso nunca me traería nada bueno y era verdad, siempre actuaba con rabia y dañaba a la gente.

–Alondra, mi amor – Me puse de pie al verla llegar – Mi consentida, perdóname por todo. Te amo, mi princesa, por favor déjame abrazarte.

No dejó que me le acercara, estaba actuando como si yo no existiera y me lo merecía, había vociferado delante de sus amigos, como un demente y ahora que la vea pretendía hacer las paces con ella. 

–Hola amigos, vámonos a clases – Se dirigió directamente a sus amigos y a mí me ignoró por completo – Apenas he alcanzado a llegar.

–Alondra, la clase comienza en unos minutos y creo que debes de hablar con David – Javier abogó por mí – Mira, él se ha equivocado y está arrepentido. Nosotros los dejaremos que hablen, te esperamos en el salón.

Los chicos ya se iban a su salón, cuando Alondra los detuvo, no quería estar conmigo, eso me quedaba claro.

–No Javy, yo no quiero hablar con David. El me hizo sufrir demasiado y para él no valgo nada – Ella comenzó a llorar – No puedo, estar con alguien que no me ama.

No podía pensar eso, yo la amaba con toda las fuerzas de mi alma y de mi corazón, solo que había perdido la cabeza al verla de la mano con otro hombre, cuando al que debía estar agarrando tendría que haber sido a mí. 

–Te amo más que a mi vida Alondra – La abracé – Por eso me volví loco al ver que Axel te tenía tomada de la mano. Me dolió verlos juntos y me afectó porque pensé que andarías con él y me dejarías a mí., fui un tonto al alterarme de esa manera, perdóname por favor.

Los amigos de Alondra, al ver a dónde iba la plática nos dejaron solos y se fueron de ahí. Tenía que hablar con ella y tenía que convencerla de perdonarme, la amaba y no quería estar lejos de ella, no después de cómo terminamos distanciados por lo de Valle de Bravo, sintiendo que moría, cuando no estábamos juntos, no me importaba tener que rogarle. La amaba de verdad. Y se lo iba a demostrar aunque me costara, lo que fuera.

–David, es que parece que no te das cuenta de las cosas, te empeñas en ver lo que no es – Ella luchaba por retener el llanto – Te amo a ti o no me hubiera metido en todo este lío, de ir y pegarle a esa mujer en su propia casa. Esto que sientes tú por Axel, yo lo sentí por ella, estoy celosa, solo que a diferencia de ti, yo si tengo fundamentos. Ella fue tu novia antes que yo, ella te encantaba en la cama más que yo, eso puedo darme cuenta y Axel y yo, siempre hemos sido amigos.

En eso no podía alegarle nada, así tal cual, me lo habían hecho ver sus amigos, que entre Axel y ella, no había nada, solo que mi razón se había nublado, así como le pasó a ella, al ver cómo me abrazaba Lola, estábamos iguales de celosos.

–Te entiendo mi amor, pero de momento, los celos se apoderaron de mí. Él fue quien te sacó de la Delegación, cuando yo, ni con todo mi dinero pude lograr nada. Te amo y no quiero perderte, mi princesa, no me dejes, Alondra que me muero sin ti, perdóname por favor, mi amor.

–Yo también me muero sin ti, pero me duele, que me hayas llegado a maltratar a la Delegación, cuando yo solo necesitaba un beso, un abrazo y un te amo de tu parte, me duele que seas así conmigo, no lo soporto – Alondra comenzó a tambalearse – Te amo David. – Se quedó callaba, por un momento. – Me siento muy mal.

Fue todo lo que me alcanzó a decir antes de desvanecerse, por suerte la alcancé a sostener en mis brazos y me senté con ella de nuevo, en la banca en la que estaba sentado. Entonces volví a llorar, muy preocupado, no quería, que le pasara nada, por mis tonterías. Ella no había tenido la culpa de nada, yo había sido el culpable, en todo eso, por mentiroso y por ruin.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora