Narra Alondra Ferreyra
-Ha disminuido la lluvia y mejor vámonos al hotel, que me da miedo estar aquí detenida, en medio de la noche y de la nada - Le confesé - De camino, me vas contando de tus aventuras.
-No señorita, tú me contarás a quién has besado, para que tu chico se portara, como un perfecto idiota y te dejara ir - Se burlaba Axel - Que niño tan tonto, no puedo creer, que te guste semejante personaje.
Nos pusimos de vuelta en el camino, Axel puso música y seguimos tomando, lo que nos quedaba de la cerveza a cada uno, ya no hablamos de nada de eso, hasta que llegamos al hotel. Axel bajó una mochila suya y una mochila que yo conocía muy bien, era la mochila de una de mis sobrinas. Él se registró en recepción y nos dieron una hermosa suite, con vista al lago, con dos recámaras, sala, jacuzzi todo un lujo de primera clase, se veía, que tenía buen gusto.
-Alondra, espero que te guste la suite, no alcancé a conseguir nada mejor y lo siento, pero tu padre, ha insistido en que nos quedáramos a pasar la noche acá, mañana nos vamos de vuelta a Morelia.
La suite era hermosa, no tenía por qué buscar otra cosa, con esta tendríamos, más que suficiente.
-No, si la suite está lo que le sigue de increíble - La miré asombrada - Es preciosa, gracias por esto Axel, sabes que no me gusta llegar a hoteles feos.
-Lo sé, por eso me esmeré y ya me puedes dar mi abrazo y mi beso. Eres muy maleducada, que no me saludaste.
Lo abracé y le di un beso en la mejilla, como siempre nos saludábamos él además de trabajar con mi papá, siempre fue mi amigo y me sentía mejor de estar ahí con él, que escuchando las groserías de David en la cabaña. Axel pidió que nos llevaran más de tomar, a la habitación y unas papás fritas y sándwiches, que bien me conocía, pues me estaba muriendo de hambre.
Nos sentamos en la mesa del balcón de la suite a cenar, viendo la increíble vista del lago y poco a poco, yo me fui tranquilizando.
-Alondra, no creas que me dejarás con la duda dime ¿A quién has besado? Sabes como soy y que no descanso, hasta sacar la verdad.
-Abogado tenías que ser, pues besé ya sabes a ese cantante famoso que estuvo en Valle de Bravo, ya debes de saber quién es.
-Deberías de sentirte orgullosa, brindo por ti, que valor el tuyo. Yo si alguna vez hubiera estado así de cerca de mi artista favorita, me la había llevado a otro sitio, pero ni modo, nunca tuve esa oportunidad.
-Entiendo Axel, pero creo, que no me entiendes tú a mí. David esta furioso y no quiere perdonarme y yo lo amo y siento que mi vida sin él, no es vida. No he parado de llorar, desde que eso pasó y en lugar de estarte riendo, dime ¿Cómo hago para que él me perdone?
Necesitaba un buen consejo, alguien que pudiera asegurarme, que lo que me dijera que iba a funcionar. No quería estar en esta situación, necesitaba a mi David conmigo.
-Alondra, le estás preguntando a la persona equivocada y ¿Te parece que nos pongamos ropa cómoda? Tu hermana, te ha mandado una maleta con ropa.
Qué bueno que mi hermana haya pensado en todo, así tendría como aparecer ante mi papá, no quería parecer una andrajosa, después de haber dejado toda la ropa en la cabaña, lo que traía puesto, ya estaba bastante sucio y arrugado.
-Sí ya he visto y nos pondremos cómodos, en unos momentos. En serio, tu eres hombre y sabes cómo piensan ustedes, necesito que me ayudes Axel.
-No tengo ni la más mínima idea de lo que debo decirte, sería más fácil si me preguntaras otra cosa, hasta si me preguntaras como sacar a un delincuente de la cárcel, para eso, si soy el hombre indicado. En cosas del amor, no sé que responderte. Lo que sí te puedo decir con toda seguridad, es que la mayoría de los hombres, queremos ser el todo y los únicos, en la vida de una mujer.
-No siempre se puede eso, David ya me conoció, con un pasado muy sombrío y por eso me siento peor. No debí de andar con él, yo estoy sucia Axel, me he acostado con cientos de hombres.
Dije sin pena, pues no me había arrepentido, nunca de haberlo hecho, pero con David no sentía la necesidad, de buscar a alguien más, solo que ese beso que nos dimos el cantante y yo había servido, para que David me tratara como a una cualquiera y me había dolido demasiado.
-Tú con cientos y yo con miles de mujeres y aún así encontré, quién se casara conmigo. A lo mejor no estás buscando bien, ese chico, es un junior y la verdad no me cae bien tu David - Axel le daba un trago a su cerveza - No quiero que vuelvas a llorar por él, ¿Me has escuchado? Eres mucho, para un tipo como ese y no permitiré, que le sigas llorando.
-Lo dices porque eres mi amigo y no quieres ver la realidad, que las mujeres como yo, no se merecen a príncipes como él y a la mejor este sueño, fue hermoso, mientras duró.
Rompí a llorar de nuevo, como si así, fuera a solucionar algo y pensé que Axel, me iba a regañar, en lugar de eso me abrazó y cuando logró tranquilizarme, terminamos de tomar las bebidas y la comida.
Después entramos a cambiarnos de ropa para poder dormir y él me llevó a una de las recámaras. Tenía miedo yo, no podía dormirme sola, me acosté en la cama y no podía cerrar ni los ojos.
-Alondra, duerme. Me esperaré aquí sentado, mientras lo haces. Te lo prometo y ya que estés dormida, me voy a mi cuarto.
-Gracias Axel, por todo - Dije y poco a poco, fui cerrando los ojos y me quedé dormida.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...