Narra David De María
–Fue lo que yo le dije justamente, madre – Intervine yo – Voy por hielo para ponerle en los oídos a Alondra.
–Quédate con ella, yo se los traigo.
–Gracias madre.
Me senté con mi novia en la sala, la abracé y la llené de besos. Cuando mi madre me llevó el hielo y se lo puse en ambos lóbulos ella comenzó a sentir alivio, lo noté por la forma en que comenzó a cerrar sus ojos.
–Mi princesa, ¿Tienes sueñito?, ¿Quieres que vayamos a descansar un rato?
–Si mi amor, por favor – Respondió ella tiernamente.
La tomé en mis brazos y la llevé a nuestra recámara, la recosté en la cama y le seguí poniendo hielo, hasta que se quedó plácidamente dormida. Le quité los zapatos y después bajé a hablar con mi madre y a hacer un poco de mi tarea del lunes, más tarde ayudaría a Alondra con la de ella, pensé.
–Madre, Alondra se ha quedado dormida y quiero hablar de algo contigo – Dije a mi madre pidiendo un poco de su atención – No quiero volver a Morelia el lunes y que la madre de Alondra arremeta contra ella.
–David hijo, no quise decir nada estando Alondra presente, pero ya que estamos solos, te mostraré algo – Dijo mi madre mostrándome cientos de mensajes amenazantes que le había enviado esa mujer a su móvil – Todo eso me ha enviado esa mujer hoy, David y cómo puedes ver sólo se limita a estar amenazándome.
–Que ni se atreva a tocarte madre que siendo así, te lo juro que yo no responderé y le daré su merecido con mis propias manos. Alguien tiene que poner en su lugar a esa mujer, de una vez por todas – Habló una ira interna dentro de mí que no conocía – Tampoco permitiré que lastime más a mi princesa, eso sí que no. Tenemos que encontrar una forma madre, de que no le vuelva a hacer daño.
–Definitivamente coincido contigo David, pero no lo haremos por la vía de la violencia eso, solo generará más odio en esa mujer y como ya nos hemos dado cuenta, está bastante mal de la cabeza.
–Tienes razón madre y por cómo sucedieron las cosas, sinceramente me preocupa que esa mujer tenga gente siguiendo a Alondra o de lo contrario no se habría enterado de que estábamos en el hotel.
Por mi cabeza cruzaron escenas de persecución en el momento que mi madre me habló de las fotos, pues una persona controladora era capaz de hacer ese tipo de acciones, pero se daría contra la pared, si era necesario recurririamos a la vía legal tal como lo estaba sugiriendo mi madre, no más violencia, pero si las cosas se salían de control, no respondería por mis actos, una cosa era dejar pasar algo que enfrentarse a su locura con las manos atadas.
–No es eso hijo, personas cómo esa mujer que tienen una vida social tan agitada tienen ojos y oídos en todas partes. Eso no le da derecho a hacer todo lo que ha estado haciendo y mucho menos a amenazarme.
–Así es madre – Respondí mientras sacaba mis cosas para hacer mi tarea de la Universidad – Lo único de lo que tengo la seguridad es de que amo a Alondra y que dejarla nunca será una opción.
–Tienes todo mi apoyo David, ella es la chica para ti y por eso también quiero informarte algo. En esta semana he sacado cita con la hija de Lucía mi amiga ¿Te acuerdas de ella?
–No madre, discúlpame. Tengo la cabeza en otro mundo – Admití apenado al no poder recordarla – Recuérdame, por favor.
–Lucía mi amiga, la que hace cortinas. Ella tiene una hija que es ginecóloga y pienso llevar a Alondra, no quiero que además de todos las amenazas y habladas por parte de la madre de Alondra, que pase algo peor después.
–Madre, hemos tomado precauciones si a eso te refieres. No creo que sea necesario lo de la ginecóloga, pero esa no es mi decisión si Alondra accede y quiere ir contigo, la puedes llevar sin problema.
–David, no me estás entendiendo. No quiero que ella salga ahora con un embarazo no deseado, eso complicaría las cosas peor y no quiero ni pensar, en cómo se pondría ese energúmeno de mujer de su madre. Además no está de más que la revise la ginecóloga y que le recete un método anticonceptivo.
–Tienes razón madre. Te pido nada más que lo hables con Alondra, yo soy su novio pero, no puedo decidir por ella.
–Así se habla hijo. Así se expresa un caballero y sí hablaré con Alondra. Además no tienes de que preocuparte será para el bien de ustedes dos y ella en ningún momento estará sola yo iré con ella.
–Gracias madre. Te dejo que sigas viendo tu programa, haré algo de mis deberes.
Me puse con todo con mi tarea, perdiendo la noción del tiempo y justo cuando comenzaba a oscurecer Alondra se acercó a mí y se sentó en mis piernas.
–Mi amor, ¿Por qué me has dejado sola? – Se quejó ella con cara de niña tierna, desarmándome por completo – Desperté y no estabas.
–Mi princesa te quedaste dormidita y yo tenía tarea. Te quise dejar que descansaras ¿Te sientes mejor?
–Sí, pero me siento mejor contigo. Siempre contigo.
–Ya está. Estamos juntos, ¿Quieres que te traiga algo, preciosa?
–Sí mi amor. Mis cosas del Tec para hacer mi tarea, por favor.
Estaba por soltarla para pasarle su mochila, Alondra no me dejó levantarme de la silla y me besó con mucha ternura, con mucho amor, invitándome a más a mucho más. Sin pensarlo le seguí el beso y nos estábamos dejando llevar tanto que hice a un lado mis cosas de la tarea y la senté en la mesa del comedor cuando mi madre nos dijo a los dos:
–David, Alondra. Les recuerdo que aquí estoy y que pienso que debemos salir a cenar.
Que tino tiene mi madre, para llegar justo en el momento menos pensado, la verdad era que no nos podíamos aguantar, siempre tenían que estar vigilándonos.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...