Mi Consentida

Capítulo 178.-

Narra David De María

Ya se había acercado la fecha, en que Petra regresara a México, por lo tanto teníamos, que pasar a recoger las cosas de Alondra, ya con lo que me decía, me tendría que desviar, un poco de mis objetivos.

–Claro que sí mi amor, yo paso por tus cosas mi princesa y paso por ti en la noche a la biblioteca, para irnos a casa ¿Te parece bien, hermosa? 

–Sí mi amor, gracias. Te amo, David. – Me dijo sonriendo.

–Te amo mucho, mi princesa.

Nos dimos tiernos besos y nos fuimos a comer juntos, a una plaza comercial. Ese día mi madre andaría afuera, con una de mis tías y yo, no tenía tiempo de hacer de comer, pues tenía que, hacer muchas cosas, para la sorpresa de mi amada Alondra a la que ahora por petición de ella, se añadía la de ir por sus cosas, a casa de su padre, lo que haría con gusto y de paso, saludaba a Don Manuel. 

Cuando terminamos de comer, regresé a dejar a Alondra al Tec, para que hiciera sus pendientes, y yo me fui directo a su casa, en dónde estaba Don Manuel en la puerta, despidiendo a una señora. Me bajé del auto y caminé hacia él.

–Hola Don Manuel – Lo saludé – Buenos tardes, ¿Cómo está? Disculpe que venga, yo solo sin Alondra, pero me ha pedido que pase por sus cosas.

–Hola David, pasa por favor – El me invitó a pasar a su casa – Que bueno que vienes solo, estoy bien gracias y sé que tú debes estar, lo que sigue de nervioso. Conozco a mi hija y es muy impredecible, no sé la reacción que ella vaya a tomar, respecto al nuevo departamento. Pero ya que te veo a solas, te quiero pedir que la cuides mucho, por favor. Yo sé que mi hija, no es nada fácil y que ahora que vivas con ella, saldrán más de sus defectos, pero ella te ama David y sé que tú, la amas mucho a ella.

A pesar de todas las dificultades que habíamos tenido Alondra y yo, su padre siempre me había tratado de muy buena manera, y me agradaba que viera que su hija, iba a estar en buenas manos.

–Claro que la amo, Don Manuel, la amo, como no había amado antes y quiero que usted, esté seguro, que este paso que voy a dar con ella es por lo mismo, porque me siento seguro plenamente, para darlo – Dije con sinceridad – La amo y quiero que lo nuestro, sea para toda la vida.

Yo ya no veía mi vida si no estaba con ella, pues no era ningún secreto, que la mayoría del tiempo, aun estando en el Tec, nos gustaba pasarlo juntos.

–Alondra tiene una cuestión muy decidida desde pequeña, hijo, ella no quiere casarse y eso no me gusta, pero, espero que tú amor, haga el milagro con ella y que pronto ustedes dos, estén casados, como Dios manda – Dijo Don Manuel emocionado – Ella necesita, sentirse especial y valorada, sé que le podrás dar la felicidad que ella, nunca tuvo en esta casa.

Yo le daría todo lo que tengo, porque ella se lo merece, no tendría que pedirle a nadie más, entre mi madre y yo la queríamos, más de lo que habia encontrado, en sus familiares. 

–Le daré todo lo que esté a mi alcance para que ella pueda ser feliz, porque ella lo es todo para mí Don Manuel. Ya que estamos hablando, le aviso que pienso llevarla a conocer Madrid, dónde yo nací, en su cumpleaños y quedarnos unos dos meses por allá. 

Este viaje era para poder despejarnos, de todo lo que nos había pasado en lo que llevábamos de novios, Don Manuel, podía estar seguro que cuidaría a Alondra, más que a mi vida.

–Sí ella acepta, claro que puede ir contigo – Don Manuel me sonrió – Yo no los puedo detener, en lo que quieran vivir como pareja. Son una pareja hermosa y les deseo toda la felicidad y aunque tenía mis reservas contigo, me consta que amas a mi hija.

Solo habían sido malas experiencias, que esperaba que no se volvieran a repetir, no podía dejar que otra vez me prohibieran verla, porque Don Manuel, no se iba a tentar el corazón si volvía a hacer eso, que había hecho en Valle de Bravo, con Alondra.

–La amo tanto que, no podría vivir sin ella Don Manuel. Me comprometo a hacerla muy feliz, que no va a haber un día en que no le demuestre que la amo, de eso no se preocupe, yo a su hija la quise, desde el primer momento que la vi. 

Porque ella era mi felicidad, esos días que estuvimos separados, fueron un infierno, y luego lo del asunto con Lola, vino a tirar todo por el suelo, yo ya no quería, más problemas con Alondra y lo que le prometí, se lo iba a cumplir, mientras ella estuviera contenta, yo también lo estaría.

–Te creo hijo y te invitaré una copa de vino, para sellar la promesa que me haces, de hacer muy feliz a mi hermosa Alondra – Dijo Don Manuel – No sé, ¿Qué prefieres de tomar?

Esto era un acontecimiento que se tenía que celebrar, ya no nos íbamos a preocupar, porque Petra pudiera hacer algo en contra de su propia hija, pues íbamos a estar muy alejados de ella y no iba a saber, dónde nos íbamos a vivir. Y si eso sucedía buscaría a los mejores abogados, para que ella, ya no pudiera acercarse a nosotros.

–Lo que tenga Don Manuel, está bien para mí. Muchas gracias, sirve que espero aquí a que me llame mi Alondra, para pasar por ella al Tec, tenía mucho que preparar en la biblioteca, de la guía de un examen.

Don Manuel, fue por unas copas de vino y sacó unas botellas de vino tinto, las cuales nos tomamos mientras platicábamos de mí, de Alondra, de nosotros dos y de nuestros planes como pareja. Con la aprobación de Don Manuel, nos podíamos ir a Madrid a realizar ese viaje, que tanto quería.

Me alegró mucho ir a ver a su padre, ese día cuando recogí sus cosas, ahora nadie iba a impedir que empezáramos a vivir, una nueva etapa de nuestra vida en pareja. Yo era el más feliz de todos y aunque me daba nervios, la reacción de Alondra, sé que le encantaría vivir conmigo.

–Don Manuel, me ha llegado ya el mensaje de Alondra. Muchas gracias por todo, me voy para pasar por ella.

–Claro que sí David, ve con cuidado y suerte con tu sorpresa. Que te salga todo bien, te acompaño a la puerta.

–Muchas gracias, Don Manuel.

Don Manuel me acompañó a la puerta, me monté en el auto y me fui conduciendo, con una felicidad inexplicable, rumbo al Tec, hoy le daría una sorpresa a mi hermosa Alondra.