Capítulo 182.-

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Narra David De María

Alondra, tenía razón, pues ella no deseaba a ese niño y yo tampoco, no lo íbamos a traer a que sufriera a este mundo, si ninguno de sus dos padres lo iba a querer, no era justo, ni para nosotros, ni para él.

–Por supuesto, pero esperemos que no estés así, Alondra – Declaré – Tendríamos que adelantar el viaje a España, allá es legal el aborto y aquí tendríamos problemas. Pensemos positivamente, que tú, no estás embarazada. Porque la mente es muy poderosa, verás que, no lo estás mi amor.

Quería por todos los medios convencerla y convencerme a mí, mismo, de que eso no iba a ser posible, no estábamos en edad de tener un hijo y por mi parte nunca lo iba a tener, desde niño esa había sido mi convicción, la de no ser padre.

–Gracias, por apoyarme David, en todo. Por eso te amo, mi príncipe.

Ya estaba todo dispuesto y dicho, saldáramos de dudas y buscaríamos un método anticonceptivo más efectivo, por nada del mundo, esto nos tenía que volver a pasar, por lo menos que solo se quedara, en un aviso.

–Yo te amo a ti, mi princesa.

Llegamos al Tec y bajamos, para irnos a nuestras respectivas clases. Ese día tuve la mente en blanco, era como estar y no estar en ese lugar, al mismo tiempo. Pensaba que, no quería que Alondra estuviera así, porque podría joderse todo, su graduación del bachillerato y el tener que irnos a España, antes de lo planeado, estaba rezando, para que no estuviera embarazada. 

Además, yo, sería el principal afectado, con la materia que debía y de la que tenía que dar las asesorías, aquí no me iban a estar esperando, toda la vida para que retomara eso. Era una verdadera responsabilidad, que tenía que cumplir. Cuando al fin salí de clases Alondra ya me esperaba.

–David, mi amor – Ella me abrazó – Ya quiero que vayamos a eso de la prueba. Tengo muchos nervios, en lo que salías, he ido a la biblioteca a documentarme del asunto. Decía en un libro que, si se quiere hacer el aborto, debe hacerse en las primeras 12 semanas o ya no se puede hacer nada, pues es peligroso.

Eso ya lo sabía yo, pero esperaba que en la prueba saliera, que no estaba embarazada, ya me lo había mentalizado, esto no nos podía estar pasando.

–Hola, mi consentida – La tomé en mis brazos – Eso mismo pensaba que, antes de todo, tenemos que ir, a que te tomen la prueba. En un descanso que tuve, llamé y me dijeron que esa no importa, que vayas en ayunas o no ¿Qué dices si vamos a comer algo y después nos vamos a la prueba?

–Mejor primero la prueba, después comer algo – Dijo ella ansiosa – No estuve en paz, todo el día David. Le llamé a mi tío para decirle que, no iré al taller, porque necesitaba hacer una tarea. Me urge saber esto, porque yo no quiero eso David, me pueden decir lo que sea, yo mamá no voy a ser, ni ahora, ni nunca.

No me agradaba la idea de, Alondra, de irnos a que le sacaran la sangre, sin ella comer nada. Me preocupaba, pero yo por otro lado, tampoco iba a tener calma, mientras no supiéramos, lo que pasaba con ella. Caminamos juntos al auto y al subirnos, nos fuimos al laboratorio más reconocido de la ciudad, para que le tomaran la prueba a Alondra.

–Buenas tardes, señorita – Saludé en mostrador – Venimos, por una prueba de embarazo, para mi novia.

Esto lo quería hacer rápido, entre más pronto se hiciera, que le tomaran la muestra de sangre, mejor para los dos. Pues así saldríamos de dudas, lo antes posible.

–Buenas tardes, joven – Respondió ella – Les paso esta hoja, para que su novia, me llene unos datos y ya que la tengan, me la pasan. Para que venga la chica del laboratorio por ella, para hacer su prueba.

–Gracias, señorita. – Le agradecí.

Me senté con Alondra en la sala de espera, para llenar el formulario, que nos dieron y esperar a que la chica de laboratorio viniera por ella. Yo me levanté a llevar el formulario y después, salió una de las encargadas de laboratorio, para llevarse a Alondra.

Todo este tiempo estuvimos sin hablar, me estaba matando la incertidumbre, pero me sentía peor, por que hubiera una mínima posibilidad de que estuviera embarazada.

–Buenas tardes, vengo por la señorita Alondra Ferreyra Pérez – Dijo la química – Venga conmigo, por favor para tomar su prueba.

Nos levantamos de las sillas, yo no la iba a dejar sola en esto, pues ella, le iba a pedir permiso a la encargada de que yo, pudiera estar presente, para cuando le tomaran la dichosa muestra. 

–Claro, gracias – Dijo Alondra – Por favor, ¿Me puede acompañar mi novio? Me aterran las agujas.

Yo tenía que estar presente, si no nos íbamos a otro laboratorio, donde dejaran pasar a un acompañante, para eso estaba pagando, para que se nos brindara, la mejor atención posible.

–Sí, pasen ambos conmigo por favor – Respondió amablemente, la química.

Al menos eso me alegraba que, pudiera estar con mi Alondra, en ese difícil momento. Ella era muy nerviosa y yo, tenía que hacerla entrar en confianza y darle la seguridad, que nada malo le iba a pasar, no importaba cuantas veces, se sometiera a ese procedimiento ella resultaba, siempre reacia a que lo hicieran. 

La abracé mucho mientras sentía caer sus lágrimas y la química estaba preparando todo, después Alondra se sentó en el lugar que le iban a tomar la muestra y yo, me quedé tomándola de la mano, de rodillas en el piso. Para darle el valor que necesitaba, tenía que encontrar el modo, para que no estuviera muy nerviosa.

–Alondra, platícame ¿Cuántos días tienes de retraso de tu periodo? – Le preguntó la química – No quiero ser chismosa, ni nada por el estilo. Pero necesito saberlo, para saber si ya, será fiable el resultado de la prueba o debo pedirte, que esperes unos días más.

Eran las preguntas, que se tenían que hacer a cada paciente, pues debían saber esos datos, yo sabía que en estos lugares, tenían muy en cuenta la privacidad de los pacientes.

–Hoy tenía que venirme mi período, señorita. Soy muy exacta – Dijo mi princesa – Estoy muy nerviosa. Por favor, ¿Me puede ya tomar la muestra?

Yo estaba pensando lo mismo, pues ya la había demorado mucho, bueno no era yo experto en tomas de muestras, pero ya quería, que mi princesa saliera de todo esto.

–Claro que sí, con eso que me ha dicho, el resultado será 100% fiable.

La química, tomó el brazo de Alondra y le sacó la muestra. Mi princesa con su otra mano apretó la mía y sus lágrimas caían sin cesar. Odiaba verla sufrir y tenía miedo, de que esa prueba fuera a salir positiva. Ahora solo faltaba esperar a que nos dijeran, cuando podíamos recoger la prueba.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora