Narra David de María
Nos pusimos con todo a hacer lo que le faltaba a Alondra de la tarea y en un rato no muy largo y después de varias tazas de café logramos terminar con éxito la misión. Entonces tomé a mi novia de la mano y la guie hacia la zona del patio de nuestra cabaña, dónde teníamos una acogedora sala con ventanas de piso a techo, para disfrutar del paisaje exterior, el cuál daba directo al lago. Las vistas eran preciosas.
–David que hermosa es tu casa, desde aquí se miran las estrellas – Dijo mi hermosa novia mirando al cielo – Me encanta el clima y ¿Eso es un río?
–No mi princesa. Es un lago y mañana que sea de día nos podemos meter y podemos dar un paseo en él, nosotros tenemos un barco para eso.
–Wow, nunca en mi vida hubiera pensado que iba a vivir algo así. Es como si estuviera viviendo dentro de un libro y que cada día fuera una nueva página en mi vida. Algo nuevo y algo hermoso.
–Eso es Alondra, estamos escribiendo el libro de la historia de nuestro amor. Eso estamos escribiendo mi hermosa princesa.
–Sí David y todo eso no sería posible sin ti y sin Carmen, nunca nadie me había tratado de la forma en que lo haces, nadie me había mirado así, con tanto amor como lo haces tú.
–Es porque nadie había sabido apreciar a una princesa hermosa como tú, mi muñequita. Eres hermosa Alondra, nunca lo dudes.
Nos sentamos en la sala, abrazados y admirando el paisaje. Alondra estaba relajada y podía sentir que estaba tranquila y disfrutando esos momentos que estábamos compartiendo en la oscuridad de la noche con la luna brillando solo para ambos y las estrellas acompañándola en la inmensidad del firmamento.
–David, siempre serás mi firmamento cada anochecer – Me dijo Alondra – Eres en serio un príncipe y yo que decía que eso no existía.
–Existe y tú también existes y eres una princesa. La más hermosa del mundo.
–David, tengo miedo que cuando esto termine ni siquiera te acuerdes de mí, ni de nada de lo que estamos viviendo.
–Alondra, eso no tiene sentido y dudo que esto que estamos viviendo se acabe, esto no tiene por qué terminar. Quítate esas ideas de la cabeza, si estamos acá en Valle de Bravo y huyendo de las locuras de Petra es porque te amo y porque quiero protegerte, quiero que estés en mi vida para siempre.
–Yo también quiero que estés en mi vida para siempre David. Te amo.
Besé a mi princesa con mucha ternura, esta vez fue un beso suave, sutil y exquisito que demostraba nuestros sentimientos a flor de piel de manera total y absoluta. Al separarnos del beso nos quedamos ahí un rato admirando el paisaje y cuando ya nos comenzó a dar mucho sueño, era ya de madrugada.
–David, vamos a dormir amor – Me propuso Alondra – Ya me ha dado demasiado sueño.
–A mí por igual mi princesa, vayamos a descansar un rato.
Tomé a Alondra de la mano y entramos de nueva cuenta a la casa, subimos a mi recámara y yo entré a cambiarme al baño para dejar que Alondra se pusiera su ropa de dormir en la intimidad de mi habitación sin sentirse observada y era lo mejor ya que no podíamos de momento hacer nada. Maldita la hora en la que hicimos ese trato, yo pensaba.
Al salir del baño ya con ropa de dormir, vi a mi hermosa Alondra recostada en la cama con su pijama, se veía, tierna, dulce, hermosa y me provocaba a mandar todo al diablo y a hacerle el amor en ese preciso momento. Pero pudo más tener respeto a mi palabra y no lo hice, me acosté a su lado y la abracé como todas las noches desde que estábamos juntos.
–Alondra, ¿Qué buscabas en la televisión?
Me llamó la curiosidad, el mando a distancia lo tenía cerca de su mano, pero la televisión estaba apagada.
–Buscaba Amigos y Amantes, pero la tele de aquí está rara. Sale un menú de canales que no le entendí y me desesperé. Por eso la apagué.
–Bueno ya no tienes que buscar, he descargado del internet toda la primera temporada de la serie y la podemos ver cuando queramos, ya no tenemos que depender de la televisión ni del horario que la pasen y de los canales de aquí yo te enseño mañana cómo funciona el sistema de cable. Es que no es el mismo servicio que allá en Morelia.
–Está bien mi amor, no te preocupes – Suspiró Alondra – ¿Sabes en qué pensaba David?
–Dime mi princesa, tienes mi atención como siempre.
–En que quiero conocer contigo el mundo, mi amor, sé que este es el segundo viaje que hacemos juntos pero quiero hacer más cosas de este tipo contigo, porque te amo y me encanta tener muchas cosas que recordar y que hacer a tú lado.
–Eres la primera mujer que me dice eso. Mis amigas de España siempre me han dicho que soy un tipo bastante aburrido y creo que es así. Nunca he sido mucho de hacer muchas cosas cuando tuve pareja, sólo lo que hacen las parejas.
–No me digas nada más de eso, mi amor, porque me da celos pensar en todas las mujeres con las que has estado antes de aparecer yo en tú vida.
–En tal caso me pasa lo mismo, no quiero ni pensar en que hubieron otros hombres a los que besaste, a los que abrazaste, a los que les dijiste “Te amo” muero de celos de sólo pensar que alguna vez tu amor fue de alguien que no fui yo.
–Te diré algo para lo sumas a tu egoteca, David de María Ramírez, si he salido con más chicos y no te lo negaré pero eres el primero y el único al que le he dicho que lo amo y quédate con eso. Buenas noches mi amor – Me dijo Alondra dejándome callado.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...