Capítulo 176.-

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Narra Alondra Ferreyra

Las cosas no eran tan simples, como él quería, que se vieran, no era el hecho, que se fuera a socializar, y divertir con sus amigos, era el hecho que había tenido que ir a casa de esa mujer, valiéndole, por qué no se reunieron en otro lado, tenía que llegar justo ahí y abrazarla. Como si se hubiesen puesto de acuerdo, porque eso fue, lo que pasó por mi mente y si yo no hubiera llegado, no sé qué más hubiese estado dispuesto a hacer con ella.

-No es eso mi amor, es que me muero de coraje, no sabes lo mal que me sentí, cuando vi que tenías a esa mujer en tus brazos, me dieron ganas de morirme. Te amo y si te pierdo, perderé lo único, que ha valido la pena en toda mi vida, no quiero y no puedo estar sin ti - Me deshice en llanto - Te amo David, por favor no vuelvas a verla, te lo suplico. Yo no puedo soportar, que seas amigo de tu ex.

Porque en que cabeza cabía eso, si ya su tiempo había pasado con ella, cuál era el interés en seguir viéndola, en seguir manteniendo una amistad con ella, que me dijera de frente, que era lo que en realidad pasaba con esa tipa, si seguía deseándola como mujer, si ella era mejor que yo en la cama, que tuviera los pantalones bien puestos y me lo dijera, y así dejaba de perder su tiempo conmigo.

-Alondra, lo mismo que sentiste, tú, yo lo sentí hoy con Axel. Me morí de celos, de pensar que entre ustedes, algún día pudiera haber algo - David se sinceró - No puedo ni pensar que, puedes elegirlo a él por encima de mí, si yo te he demostrado cuanto te amo.

Pero eso para mí dejaba de existir, cuando sabía que seguía teniendo contacto con esa mujer, eran cosas muy diferentes, pues él solo se lo imaginaba algo que nunca había pasado, mientras yo lo veía con mis propios ojos, no era como si yo le estuviera reclamando, porque lo haya pensado, lo vi.

-No David, eso no tiene comparación. Axel ha sido mi amigo, desde siempre, desde que lo conocí, cuando llegó como pasante de mi papá - Dije alterada - Esa mujer y tú, es distinto. Ustedes tuvieron una relación amorosa y eso duele. Duele que le hiciste el amor, que la besaste, que la abrazaste y que compartieron muchas cosas juntos.

En eso se basaba mi inseguridad, no podía pensar siquiera, que esa mujer le puso un dedo encima, que tuvo su cuerpo, cómo yo lo he tenido, ni que lo besó, porque me daba una ira incontenible, porque la odiaba, la odiaba cómo nunca pensé, que llegaría a odiar a alguien en mi vida.

-Sí, todo eso pasó, pero entiéndeme Alondra - David se desesperó - Con ella la relación, era diferente. A ella no la quería mi madre, para empezar. Con ella nunca tuve planes de ir a España, éramos una pareja de novios normales, no dormía con ella, no hacía muchas cosas con ella, contigo quiero hacer todo eso y mucho más.

-Pero en la cama debió ser mejor, mucho mejor que yo, para que ahora, te haya valido el mentirme, para irte con ella. Me siento una estúpida, David, soy una pendeja, por creer que la habías olvidado y ¿Sabes qué David? Mejor aquí la dejamos - Me quise bajar del auto en movimiento - Yo no puedo soportar, que sigas viendo a una mujer, con la que has tenido una historia.

David se orilló y puso los seguros del auto, impidiendo así que, yo llevara a cabo mi plan de bajarme y salir huyendo de la situación, como era siempre mi costumbre, huir para no enfrentar las cosas, huir para salir lo mejor librada, huir para evitar tener, que decidir por primera vez, las cosas por mí. Me sentía mal, siempre había sido insegura, pero los celos en cuestión de mi chico, me sobrepasaban y eran más fuertes que yo, me mataba verlo con otra y si eso volvía a pasar, ya no podía meterme en otro problema, Axel me lo dijo bien claro.

-Alondra, mírame a los ojos por favor, princesa - David, me tomó de ambas manos - Te amo y debes entender, de la forma que quieras que yo, solo vivo y quiero vivir para siempre para entregarte mi amor ¿Qué más te puedo dar? Para que estés convencida, que no es mentira cuando te hablo de amor.

-David, no dudo que me ames. Dudo que podamos salir adelante, yo no soy compatible contigo en muchos aspectos, yo no soy la mujer con la que quieres socializar, a la que quieras presentarle a tus amigos, con la que quieres divertirte y si a mí, no me gusta hacerlo, no puedo quitarte eso - Lloré desconsolada - Además, no puedes estar tan enamorado de mí como dices, o no me hubieras mentido.

-Sí te decía la verdad ¿Me hubieras dejado, ir a lo de mi amigo? Claro que no y no te la dije para no lastimarte, sé que te afecta mucho, cuando tocamos el tema de Dolores, quiero que te sientas segura, del amor que siento por ti, del amor que quiero entregarte. Te amo, Alondra.

Ya no quería seguir así, no quería sentirme, como si David me hiciera el gran favor del mundo al andar conmigo. Yo lo amaba, con todas las fuerzas de mis sentimientos, con cada latido de mi corazón, pero empezaba a creer que, no sería eso todo lo que bastara, para seguir juntos. Pensar que pudiera dejarme, me volvía loca y entonces quería morir, quería morir, sin él. Porque no sabía estar sin su amor, sin sus besos, sin sus atenciones.

-No te quedes así Alondra - David me abrazó - Quisiera que dejaras de ser tan insegura, quisiera que dejaras de ver el mundo como lo ves. Quisiera que te dieras cuenta, de los motivos que me hicieron amarte, desde el primer beso, que te di.

-Quisiera creerte, amor, pero no puedo David - Lloré horrible - No puedo creer que me ames, si cuando veo al espejo, solo en el veo a una pobre mujer desgraciada, es todo lo que veo, al verme reflejada ahí.

Tal vez, sería mejor, que lo dejara hacer su vida con esa mujer, y yo ya no existir, ni para él, ni para nadie, porque estaba segura, que si me moría en estos momentos, a nadie le iba a importar, nadie iba a llorar por mí. A nadie le iba a doler mi muerte, porque toda la vida, me había sentido olvidada, aun estando en la casa de los que se hacían llamar mis padres, no era nada, no era nadie.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora