Capítulo 76.-

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Narra Alondra Ferreyra

–Mira mi princesa, ésta es mi recámara –Me dijo David –Siempre que venimos yo me instalo aquí, pero en dónde tú quieras nos quedamos, por mí no hay problema. Esta también es tu casa para elegir donde deseas estar.

–Todas las recámaras son hermosas – Dije emocionada –Pero sí esta es tu recámara, no busquemos más y vamos a instalarnos aquí.

–Alondra, yo sólo quiero que tú te sientas cómoda y feliz. Quiero que además de hacer tareas y lo que siempre hacemos en la ciudad, que desconectemos de todo, que la pasemos bien y que hagamos muchas cosas al aire libre – David me besó cerca del oído haciéndome sentir escalofrío y que la piel se me enchinara – Claro, no ese tipo de cosas pues hemos quedado en algo.

–Eres un malvado David y sabiendo eso, me desesperas – Le lancé un cojín de dinosaurio – Pareces niño chiquito que ama Jurasic Park.

–De hecho si lo amo, por eso me gustó la serie esa que estábamos viendo la de Amigos y Amantes. Espero que ya que tendremos tiempo de sobra, podamos buscar los capítulos por internet y la podamos seguir viendo aquí.

–Vaya, mi chico es fan de esas películas igual que el chico de la serie ¿Quién lo iba a decir? – Me dio un ataque de risa – Pero sí, coincido contigo y definitivamente buscaremos los capítulos para seguirla viendo.

David me abrazó y me besó tiernamente volviéndome loca de amor, incitándome a otra cosa. No podía ser inmune a sus caricias y eso me desarmaba.

–Te recuerdo que tenemos un trato y mejor vamos a desempacar –Esa era yo, cortándole la inspiración – Tú usa todo el closet, yo tengo pocas cosas.

–Está bien mi muñequita, un trato es un trato – David hizo pucheros – Vamos a sacar todo y puedes usar la mitad del closet, no traje tanta ropa y lo sabes.

–Qué raro es eso en ti, tienes más ropa que Carmen – Me burlaba de mi chico – Nunca había conocido a un chico más fashion que tú.

–Yo no había conocido a una chica que tenga alma de chico y que me guste tanto, nunca quieres ir de compras y tus modos son más de chico que de chica, Alondra.

No respondí ante lo que decía David, me moría de risa con todo aquello por los intensos contrastes de personalidad que existían entre ambos, él era muy ordenado y tenía mucha ropa y yo era todo lo contrario, nunca tuve sentido del buen vestir para mí todo eso era irrelevante. Empezamos a instalarnos en la que era la recámara de David y después que terminamos de eso, bajamos para ayudar a Carmen a poner la mesa para cenar.

–Listo madre, ya nos hemos medio instalado. Nos falta aún pero ya será mañana, que tengo mucha hambre.

–Bueno, ya que terminen de poner la mesa cenaremos – Dijo Carmen – Alondra, por allá atrás de los sillones está el modem de internet para que conectes tú computadora y tu celular y te sientas como en casa.

–Gracias Carmen, nuevamente muchas gracias, la mesa ya ha quedado – Dije orgullosa – Vamos a cenar.

Nos sentamos a cenar unas quesadillas que nos preparó Carmen y que estaban deliciosas, con café y pan dulce que seguramente su amiga le había comprado. Después al terminar de cenar, yo me levanté a lavar los trastes y David le ayudaba a Carmen a limpiar las mesas y a recoger la cocina para después poner café en la cafetera. Iba a ser una larga noche en la que tendríamos que ponernos al día con todo el asunto de las clases del Tec.

–Chicos, los dejo para que hagan sus deberes. Ahí hay más café por si se terminan toda la cafetera y hay todo lo que necesiten – Nos dijo Carmen – Buenas noches, yo me voy a dormir que vengo muerta.

–Buenas noches Carmen – La abracé tiernamente – Muchas gracias por todo y que descanses.

–Gracias Alondra, ustedes que terminen pronto y ya saben a cumplir con la escuela.

–Si madre, tu descansa. Nosotros ahorita nos ponemos al corriente con lo que tuvimos en el Tec el día de hoy que no tomamos clase – Dijo David.

Carmen subió a su recámara, yo mientras tanto sacaba mi computadora y la ponía en la mesa del comedor, David me ayudó a ponerle lo del internet y yo le serví y me serví café. Iba a ser una desvelada segura. Ya con todo lo necesario a la mano, David se puso a ver lo de su tarea y yo a ver lo de la mía. Afortunadamente sólo había perdido tres clases, pero igualmente tenía que hacer tarea de ellas. 

–Alondra, mi madre va a matarme – Me dijo David mirándome con tristeza – Se me ha pasado que hoy tenía que presentar una prueba.

–David, no puedo creer que se te pasara una cosa como esa y ni cómo ayudarte la verdad. Carmen definitivamente que va a matarte.

–Sí, voy a enviarle un correo al profesor para que me deje presentarla aunque sea mañana y aunque no valga toda la nota que debe de valer, peor es perder por completo la calificación. Espero que tú no estés teniendo problemas con lo tuyo.

–No para nada. Tengo mucha tarea eso sí y además debo mandar la de mis amigos, por cierto me han dicho que te depositarán a ti lo de las tareas yo no tengo cuenta bancaria – Le dije a David – Espero que no te moleste mi amor.

–Para nada Alondra, te amo y sabes que lo que necesites aquí voy a estar para ti.

–Yo también estaré siempre para ti David, solo que ahora sí no me distraigas que tengo que hacer mi tarea.

–Está bien, mi princesa pero para cuando termines habré conseguido el inicio de la temporada de amigos y amantes para poder verla desde el comienzo.

Abracé a David emocionada de saber que siempre me prestaba atención en todo y amaba que buscara siempre la forma de hacerme feliz. Sin duda me había sacado la lotería con él.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora