Capítulo 102.-

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Narra David de María

-Madre, dijeron que habrá una tormenta y que se extendería por unos días, hay un mal tiempo.

Lo que más nos convenía era quedarnos aquí en la cabaña. Por lo menos la comida que teníamos, nos alcanzaba sin ningún problema. De todos modos, la tienda más próxima no quedaba tan lejos, así que nos podíamos arriesgar, para ir por provisiones.

-Sí David, por eso es mejor que se cancelara tu asunto del viernes y así no tengo que preocuparme de que Alondra y tú, estén pasando peligros fuera de la casa.

-Carmen tiene razón, además con esta cabaña tan hermosa que tienen, podemos hacer algo aquí los tres ¿Qué les parece que veamos películas? Con palomitas, refresco y todo - Propuso Alondra - Estaremos a salvo del mal tiempo y muy divertidos.

-Alondra tiene razón hijo, todo es buscar alternativas y cuando se está con la gente que uno quiere,no hay obstáculos que impidan pasarla bien - Dijo mi madre apoyando la idea de Alondra - Elijan algunas películas para estos días y las vemos, pero eso sí después de que ambos, tengan hechas sus obligaciones y tareas del Tec.

-Claro Carmen, cuenta con eso.

-De acuerdo madre. Espero les guste la cena - Les dije a ambas - Buen provecho.

-Gracias - Respondieron ellas.

Cenamos tranquilos, al parecer a mi madre le había encantado lo que yo preparé para ella y eso me gustaba. Ahora venía la parte difícil, la parte que me costaría uno y la mitad del otro, como decía mi princesa y su forma tan característica de expresarse. Tocaba la parte dónde yo, tenía que pedir perdón a mi madre y agacharme ante ella, diciéndole que tenía razón y que acataría sus órdenes.

Al terminar de cenar, Alondra recogió los platos y fue por el postre el cual degustamos con calma para deleite de los tres, porque no era por nada, pero me había quedado delicioso. Después de eso Alondra recogió los platos de la cena y del postre y se dispuso a irse a la cocina a hacerse cargo de lavarlos mientras que yo, me quedaba a solas con mi madre.

-Madre, sé que no es la manera y que quizás pensarás que no tenía que hacer todo esto de la cena, pero he querido hacerlo para decirte que te amo, que eres muy importante para mí y que siento mucho, que desde que hemos llegado a Valle, ha sido una tras otra de mi parte por lo que no podemos estar bien - Comencé a decir - Lamento que descuidé lo del Tec, lamento ahora tener que ir a dar asesorías cuando me las pidan, pero como dije haré todo por no perder la materia.

-David, lamento mucho ser tan dura contigo - Comenzó a decir mi madre...

-Por favor - La interrumpí - Permíteme terminar.

-Adelante hijo. Continúa David - Respondió mi madre - No fue mi intención interrumpir.

-Quiero que me disculpes por todos mis errores cometidos aquí y por lo de la borrachera también, por lo de Ruperta y por seguir cayendo en las tonterías de Lola y compañía. No quiero que estemos mal, yo pondré de mi parte para que estemos bien y que el poco o mucho tiempo que nos quede aquí en Valle, lo pasemos de la mejor manera.

-Gracias hijo, significa mucho para mí que te disculpes. Es solo que no quiero, que eches tu vida por la borda, tienes todo un mundo y un futuro por delante, que debes edificar para bien. Quiero que te concentres en lo de la escuela, en estar bien con Alondra y que dejes de enfocarte en gente, que no vale la pena.

-Tienes razón madre, verás el cambio en mí. No te prometo la excelencia, yo no soy Alondra ni tengo puro 10, pero al menos intentaré que estés conforme con mis calificaciones y estudiaré para que, las demás materias las pueda librar bien.

-Gracias David, significa mucho para mí, que quieras hacer las cosas bien. Como dije no quise ser dura contigo, pero a veces no me lo pones nada fácil y si te reprendí muy feo discúlpame. Te amo hijo y es solo, que quiero y siempre voy a querer lo mejor para ti, que tengas una vida y un futuro hermoso y prometedor y que seas mucho mejor, de lo que somos tú padre y yo.

-Gracias a ti madre, por todo lo que nos has apoyado a mí y a Alondra, por aceptarla como mi novia y por siempre estar al pendiente de lo que necesitamos. No me doy cuenta a veces por lo tonto que soy, que soy muy afortunado, por ser hijo de una mujer como tú y yo también te amo madre - Dije con las lágrimas a flor de piel.

Mi madre se levantó de su silla y yo de la mía, nos fundimos en un abrazo, dónde reconciliábamos nuestras diferencias y todo volvía a estar en armonía entre ella y yo. Alondra después salió de la cocina y se nos unió en el abrazo.

-David, Carmen qué bueno que ya todo esté bien entre ustedes. No me gusta que estén peleados, su relación es hermosa. Es lo que yo no tuve nunca con Petra, algo como lo que tienen ustedes, créanme, que es lo que todo hijo quisiera tener con su madre.

Mi chica a pesar de todos los maltratos que le había proporcionado su madre, estoy seguro que en algún momento esperaba que cambiara con ella, solo que la señora estaba mal de la cabeza y eso nunca pudo ser.

-Alondra hija, ya te dije que no solo soy la madre de David, para mí tú siempre serás una hija y cuentas conmigo para lo que necesites. Te quiero mucho.

-Yo también te quiero mucho, Carmen y siempre estaré agradecida de lo que has hecho por mí, desde que llegué a la vida de David.

Me gustaba que ellas se llevaran bien desde el principio, era casi improbable que llegaran a tener alguna diferencia. Mi madre sabía dar buenos consejos, te orientaba y mi novia estaba deseosa de aprender, todo lo que ella le quisiera enseñar.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora