Capítulo 150.-

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Narra David De María

–David, no tenías que hacer eso – Me reprendió – No quiero problemas con la familia de Alondra, tenía pensado que mañana nos fuéramos a Morelia y tú siempre haces mal las cosas, no te puedes esperar y armas más líos de lo necesario.
Llegamos a la orilla del lago y el jeep del tío de Andrés ya nos esperaba, para llevarnos a nuestra cabaña, mi madre iba lo que le seguía de cabreada y cuando llegamos a nuestra cabaña, estaba un lujoso auto que parecía ser de los de la familia de Alondra. Menos mal que desde que me salí en la mañana, se me ocurrió avisarle a su padre para que viniera por ella, que se la lleve ya mismo que no la quiero ver ni en pintura, pensé bastante decepcionado.
Mi madre abrió la puerta de nuestra cabaña y yo entré tambaleándome de frío y de borracho. Me senté en uno de los escalones de la sala y pude ver ahí a Alondra y a Lisa durmiendo, ¿Cómo puede dormir tan tranquila después de lo que me hizo, la muy cínica desvergonzada? Me pregunté en aquél momento.
Mi madre entró enseguida de mí a la cabaña y detrás de ella, venía un hombre que se había bajado de la limusina, estaba muy joven para ser el padre de Alondra o no sé si yo estaba tan borracho todavía que no lo reconocí. Al escuchar lo que le dijo a mi madre, supe que no era él efectivamente, sino su mano derecha.
–Hola buenas noches señora, ¿Es usted Carmen Ramírez? – Preguntó el a mi madre – Disculpe por la hora, que no es la apropiada pero me ha enviado el Licenciado Ferreyra a recoger a su hija.
–Hola buenos días, primero necesito saber ¿Quién es usted? – Preguntó mi madre – Sí, soy yo, Carmen Ramírez.
–Ah sí, discúlpeme. Soy el Licenciado Vega y trabajo en el despacho con el papá de Alondra, con el Licenciado Ferreyra, quién me envió desde hace unas horas a que recogiera a su hija, por una llamada que su hijo le hizo. Solo que tuve unos problemas con el auto y por eso llegué hasta ahora.
–Ya recordé quién eres – Dije aliviado – Eres Axel Vega, el socio del papá de Alondra. Me caes como anillo al dedo, pasa por ella, cárgala y llévatela de mi casa pero ya.
Le troné los dedos, lleno de coraje, a pesar de saber que él no tenía culpa alguna de lo que pasaba entre Alondra y yo. Mi madre me miró cabreada y desafiándome, para después volver a dirigirse a Axel. Ahora no tenía la paciencia para actuar de manera normal.
–Licenciado Vega, perdone mi desconfianza pero si no tiene inconveniente dada la hora y la situación, le llamaré yo misma al padre de Alondra, para corroborar que lo ha enviado a recogerla y de ser así, se la puede llevar. Si ella se quiere regresar con usted, claro está.
–Claro señora Carmen, no tengo ningún problema. Es más ya le marcó yo a mi socio, permítame nada más en lo que me contesta.
Axel llamó al padre de Alondra y le dio el teléfono a mi madre, ella habló unos minutos con el padre de Alondra y confirmó que él lo había enviado para recogerla y entonces yo me sentí feliz de que por fin se llevarían a esa cualquiera de mi cabaña y de mi vida. Solo esperaba, no volvérmela a encontrar en ningún lado.
–Licenciado Vega, me ha dicho el padre de Alondra que sí lo ha enviado y perdone mi desconfianza pero más vale prevenir – Dijo mi madre – Voy a llamar a Alondra.
–Está ahí en la sala dormida con Lisa – Dije alterado – Como si no le importara el daño que me hizo. Que Axel pase y se la lleve, yo le aventaré sus cosas por el balcón.
–David ¿Qué pedo contigo? – Se despertó Lisa – Me chocas, no dejas dormir, todavía que te andabas muriendo por borracho ahora haces tus desmadres.
–Tú cállate y ya que estás despierta sube por favor y empaca las cosas de Alondra, porque no quiero verlas aquí o las aventaré por el balcón. Axel se la llevará y no quiero nada en esta cabaña, que me recuerde mi estupidez de andar con ella.
–David, tu aquí no das las ordenes y te callas – Me gritó mi madre – Las cosas se harán como yo disponga, que aquí mando yo.
Lisa despertaba a Alondra y lo logró, ella se veía adormilada y hermosa a pesar de haberme engañado, la amaba todavía, pero eso tenía que morir pronto, muy pronto. Alondra se sorprendió al ver ahí a Axel en nuestra cabaña. Pues yo había hecho que vinieran por ella a la brevedad.
–Alondra hija –Le explicaba mi madre – Tú papá ha enviado a este joven a recogerte, pero yo no te estoy corriendo ¿Te quieres ir con él?
Mi madre todavía le estaba dando una opción, cuando lo que yo quería, era que despareciera cuanto antes, es más ya se había tardado, pensé que cuando regresara ya no estaría aquí mortificándome con su presencia.
–Ándale Alondra, ya lárgate que no te quiero ver, sube a buscar tus porquerías y lárgate de mi vida – Le grité fuera de mí.
Ya me estaba aburriendo esta situación, si ya sabía que se iba a largar, porque no subía por sus cosas, a mí no me iban a servir para nada. Las tiraría a la basura, si las dejaba aquí.
–Cállate David, que estoy hablando con Alondra – Me regaño de nuevo mi madre.
–Sí Carmen, si me quiero ir con Axel – Respondió ella llorando – Ya no quiero estar aquí.
Alondra se deshizo en llanto y abrazó a Lisa, para despedirse y después a mi madre, al final no quiso nada de su ropa ni pertenencias, solo se llevó su mochila donde tenía sus cosas del Tec y después el chico ese cargó la mochila y vi como abrió la puerta del lujoso auto para llevarse a Alondra, mientras los veía partir, pensé, hasta nunca mujer infiel.

Mi ConsentidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora