Narra David de María
–Eso no te lo has creído, ni tú David de María, esos chicos, al parecer, te conocen muy bien. Eres el fresa del pueblo.
Eso me consideraban ellos, porque nuestra familia, tenía un buen status económico. Como muchas familias, que venían a vacacionar aquí.
–No mi princesa, bueno sí un poco pero no tienes por qué sentirte abrumada por eso, soy tú David y con eso debe bastarte.
–Y me basta y me sobra. Pero siento, que no me has contado muchas cosas sobre ti, yo ya he conocido a Carmen y bueno tú conoces a Petra, a mi papá, a mis abuelitos y a una de mis hermanas pero ¿Qué hay con tu papá? Perdóname que pregunte, pero es que no me has hablado nunca de él, ¿Acaso llevan una mala relación cómo Petra y yo?
No tenía de que preocuparse, el trato con mi padre era de los mejores, nunca habíamos tenido ningún desacuerdo, simplemente, debíamos tener contacto en horarios, que se pudieran compaginar.
–No preciosa, eso para nada. Mi padre vive en Madrid, es por eso que sólo conoces a mi madre de momento y espero que este mismo año, podamos ir allá a que conozcas a mi padre y a mis hermanos, por parte de mi padre.
Muchas cosas que no sabía de mí, mi princesa, pero eso se podía arreglar, la tecnología siempre nos acerca a nuestros seres queridos.
–Ya veo, tienes medios hermanos pero creo que jamás me dejará Petra ir a Madrid está muy lejos y sí aquí hemos podido escapar es porque es dentro de México, no podremos salir del país así tan fácil.
–Ya veremos mi hermosa Alondra, ya lo veremos mi princesa.
–Debería de haber otro modo para conocer a tú padre – Dijo Alondra con tristeza – Por si nunca puedo ir contigo.
Como ya había dicho, la tecnología, nos acercaba a quienes estaban lejos. Entonces me vino a la mente, una idea muy guay. Me levanté de la cama, ante el desconcierto de Alondra y bajé a la sala por mi portátil, para llamar a mi padre, si acá en Valle de Bravo eran las 2 de la madrugada allá en Madrid debían ser las 9 de la mañana, así que decidí hacerle a mi padre una video llamada, para presentarle a mi hermosa princesa. En cuanto pulsé el botón para llamarle, él me respondió enseguida.
–David hijo, que milagro que llamas a tu padre y tan temprano ¿Qué haces despierto? Allá en México, debe ser de madrugada.
–Hola padre, ¿Cómo estás? Yo estoy de lo mejor y sí aquí son las 2 de la madrugada, pero no estoy en México estoy en la cabaña, en Valle de Bravo. Vine a pasar un tiempo acá con mi madre.
–Espero que no sea, porque ya has fallado a las asignaturas en la Universidad, ¿Qué te he dicho David? La formación es lo primero y aunque no quisiste ser médico, para quedarte con mi consultorio lo que hagas, tienes que hacerlo bien.
Los padres siempre quieren que sus hijos sigan sus pasos, pero nosotros tenemos nuestros propios sueños y el mío no era convertirme en médico y eso lo respetaron.
–Eso claro que sí padre, puedes apostarlo. Todo está bien y no vinimos aquí por eso, vinimos para traer a mi princesa, te la quiero presentar está aquí conmigo y no sabes padre, es la mujer más hermosa y más bella del mundo.
–Bueno, no me digas más y preséntame a esa mujer tan encantadora. Espero no se parezca en nada, a aquella chica vulgar y loca a la que Carmen alucina.
Mis padres a pesar de estar divorciados, tenían una buena relación y más tratándose de estar al tanto, de lo que me sucedía. Lo mismo pasaba cuando me encontraba de vacaciones con mi padre, él le informaba todo a mi madre.
–No padre, ella es todo para mí. Dame un segundo.
Alondra no quería mostrarse frente a mi portátil, me decía que estaba despeinada y que como vería así a mi padre, pero siendo ella quien me dio la idea, lo menos que podía hacer en aquel momento, que ya estaba establecida la comunicación con mi padre era, mostrarse ante él mínimo para saludarlo y cuando vio que no tenía más remedio, por fin venció su timidez, se acomodó su hermoso cabello con las manos y saludó a mi padre, por supuesto yo la abracé tiernamente de modo, que nos pudiera ver a ambos.
–Hola señor, mucho gusto yo soy Alondra, es un placer saludarle – Dijo mi chica tímidamente.
–Hola Alondra, no me digas señor. Dime David y el gusto es mío. Ya veo que mi hijo no vendrá a verme en largo tiempo, tiene motivos de sobra para estar allá en México – Le dijo mi padre a Alondra.
–Claro que iré papá, ¿Ya puedes ver que mi princesa es hermosa? Y claro que voy a ir a Madrid, siempre y cuando me recibas, que la próxima vez que vaya no iré sólo, pienso llevarme a la mujer de mi vida.
Ya estaba decidido, nos iríamos en las próximas vacaciones, así mi princesa conocería al resto de mi familia y de seguro quedaran fascinados con ella, como lo estoy yo.
–Son bienvenidos acá los dos cuando gusten venir, los espero con los brazos abiertos. Pueden venirse un tiempo, meter sus clases en línea y que te lleves a Alondra a conocer no sólo Madrid, nuestra casa en Algeciras y tanto que hay que ver por acá – Me dijo mi padre emocionado.
Alondra estaba feliz y muy emocionada. Platicamos un rato con mi padre y después él se iba a hacer sus ejercicios de todas las mañanas, mientras que mi princesa y yo nos dispusimos a dormir. Yo estaba encantado de que, tanto a mi padre, como a mi madre les encantaba Alondra y lo más importante era, que yo la amaba de verdad. Por fin había encontrado a la mujer, con quien me gustaría pasar el resto de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...